La CUP y Mariano Rajoy no quieren a Artur Mas. Del PP, se entiende, lo ven como valor creíble, visible en casa y en el mundo, acreditado y reconocido, líder del proceso de un pueblo que de forma implacable, paso a paso, alcanza cumbre tras cumbre, y hay que destruirlo. ¿Pero la CUP por qué razón? ¿Es envida por hacer desobediencia de verdad y no de feria, jugársela poniendo urnas el 9-N, haciendo presupuestos con déficit no autorizado ni permitido que acorten los recortes obligados y aprobando leyes sociales que anula el Tribunal Constitucional? ¿Por ser europeísta real, como toda Catalunya desde hace años y también por querer mantenernos en la estabilidad que nos da el euro? ¿Por defender la investigación, la innovación y la empresa creadora de empleo o bien por tener la plantilla pública más corta del Estado español? ¿O por mostrar que puedes ser honesto y austero sin ser antisistema? Los extremos se tocan y se ayudan. Pongámoslos en su sitio.
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