El 21 de enero, en el Parlament se vivió un nuevo episodio del culebrón del procés. Se dice que empezó la campaña electoral del 27-S, aunque llevamos años de una campaña basada en la ambigüedad, la demagogia y la obsesión. Tras el 9-N se puede decir sin miedo aquello de «mucha bocina, pero poco motor», pero eso no se reconocerá nunca. Para mejor proveer esta campaña, que los de la ANC, Òmnium, ERC… pongan un nuevo cartel luminoso en la plaza de Sant Jaume que no solo cuente las horas, minutos y segundos que faltan, sino también la participación del 9-N en ciudades del cinturón. Y, además, el dinero que nos están costando el procés y las estructuras de Estado a todos los que vivimos en esta gran nación.
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