Leo con emoción la Gente corriente del 18 de diciembre. Soy hija de un hombre bueno y generoso que también era poliquístico renal, como Eduardo, y que murió tras 20 años de sufrir y luchar contra esta enfermedad (y otras), lo que condicionó su vida, la de mi madre, que aún era más buena y generosa con la vida y con los demás, la mía... Leo con admiración y envidia cómo se ha resuelto el problema de Eduardo. Nosotros no tuvimos ocasión, eran otros tiempos. Y siempre me ha quedado dentro ese gusanillo de qué hubiera pasado si mi padre hubiera podido recibir un riñón de una persona viva. Lo explicáis como si nada, como si fuera lo más normal; no lo es, de verdad. Quiero deciros que por muchos médicos y mucha tecnología quirúrgica que haya, el núcleo de todo está en compartir más allá de uno mismo. Gracias por vuestra historia, me habéis ayudado a creer un poco en este mundo un poco feo.
Si quiere debatir sobre este tema, escríbanos aquí
Envía una carta del lector, opina sobre la actualidad y haznos llegar testimonios, denuncias y sugerencias para publicar en la edición impresa y en la web.
MOVILIDAD - Alessandro Malfatti (Barcelona)
SERVEIS - Enric Alfonso (Salou)
BARCELONA - José María Mateo (Santa Coloma)
ACTUALIDAD - Pablo Fuentes (Valladolid)
POLÍTICA - Antoni Tort (Barcelona)