Jueves, 26 de septiembre del 2013 Jordi Martín Mateo (Barcelona)

Yo soy catalan de primera generación, pues mis padres, como tantos y tantos españoles fueron a parar en su momento a esta tierra que a tanta gente ha acogido procedente de otros lugares. En mi casa no se hablaba catalán, y yo he ido, a lo largo de estos años, aprendiéndolo por mi cuenta, ampliando cada día los conocimientos sobre su historia --pues, de tanto en tanto, aparecen cosas interesantes que enriquecen nuestro patrimonio social e historico, como las fotografias del gran fotografo Robert Capa-- y enamorándome con pasión de amante de su literaratura. Muchos autores catalanes han superado en ventas, una vez traducidos a diversas lenguas extranjeras, a varios escritores españoles, dado su originalidad, calidad literaria e incluso, compromiso social, tales como el gran dramaturgo àngel Guimera, la novelista Mercè Rodoreda, el poeta Salvador Espriu y un hombre lamentablemente fallecido muy joven, que introdujo el vanguardismo en Catalunya: Joan Salvat Papasseit.

Este Onze de Setembre se ha celebrado una manifestación en forma de cadena humana, la Via Catalana. El pueblo catalán, simbólicamente, ha hablado como hablaron en su día otros pueblos de Europa, y tendrá que ser escuchado, ya que ha propuesto un diálogo y merece ser escuchado. Yo espero que este gesto tenga efecto y que refuerze la identidad catalana, pese a que ahora tengamos en Catalunya un alto nivel de pobreza y desmpleo. Quiero recordar dos frases que dijo en su día el 'president' Luis Companys, quizá el mejor político que ha tenido Catalunya, miserablemente asesinado: "On la llibertad viu, allà és la meva pàtria" y "La lluita sempre en pro del poble humil".

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