Sábado, 21 de marzo del 2015 Jordi Martínez (Cornellà de Llobregat)

Señor ministro Morenés: pudo hacer una llamada, pero no la hizo. Nuestro Ejército, igual que todas nuestras policías, lo forman personas que en su gran mayoría son buena gente, y que junto a muchas otras forman este gran país que es España. Personas anónimas que aman la profesión que eligieron por vocación, como es mi caso (soy mosso d’esquadra), o por tener una salida laboral. La capitán Cantera actuó como actuó, otros lo hubiésemos hecho igual o de otra manera. Pero siempre esperas que en una situación difícil alguien te ayude a levantarte o al menos te acompañe. Es lo que hacen los militares que usted manda en misiones al extranjero o lo que no dudan en hacer los policías en las miles de intervenciones diarias para servir a la ciudadanía. Algunos hemos de trabajar con esa sensación de estar solos, pues quien más o menos puede en ocasiones no hace ni los mínimos gestos. Lo fácil es que el de arriba ignore al de abajo y si va bien no pasa nada y si no va del todo bien, pues... a por él. Lástima que a partir del caso de la capitán Cantera se activen protocolos y regulaciones que deberían existir ya por el mero hecho de vivir en una democracia. Señor ministro, usted no hizo nada y por menos de eso, solo por un pequeño error, hay gente que pierde el trabajo. Generalizar no es bueno, como no lo es juzgar desde fuera organizaciones como el Ejército. Error en el que no debemos caer al ver las imágenes del teniente coronel en la sala de vistas o la suya, ministro Morenés, en el Congreso. Afortunadamente, no todos los militares son como él, ni todos los políticos como usted.

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