Lunes, 6 de enero del 2014 Ginés Sánchez (Barcelona)

Quisiera dar las gracias al sector bancario en general por enseñarme a vivir sin él. Tengo 53 años, y desde los 26 soy autónomo. Hace algunos años tenía pólizas, tarjetas de crédito y los diversos seguros obligados correspondientes. Esa era la práctica habitual. Pero un buen día, los bancos decidisteis que yo ya no era un buen cliente para vosotros debido a mis dificultades económicas, y entonces, me quitasteis las pólizas de crédito y todas las tarjetas, convirtiéndolo todo en créditos a pagar mensualmente. Os doy las gracias por no reclamármelo todo de golpe. 
Fue duro, no lo negaré: tuve que recurrir a la familia, a mi madre viuda, llegué a avergonzarme de no tener ni una sola tarjeta de crédito... Pero, gracias, porque a pesar de todo, voy saliendo poco a poco del pozo; los bancos ya no me necesitáis, pero he descubierto que yo a vosotros tampoco. 
Con el tiempo, confío en que otras muchas personas como yo descubran que se puede vivir sin vosotros. Y ahora que el único negocio que os interesa son los seguros, los puedo hacer libremente donde más me convenga. Ya sé que procuráis hacer la menor publicidad posible y la que hacéis ofreciendo cosas y productos que a la mayoría de ciudadanos no nos interesan. Porque, a diferencia de otras veces en las que os había salido bien colocar todo cuanto os interesaba a vuestros clientes, con las preferentes se os fue la mano. Y la gente desconfía.
Tened en cuenta que cuando queráis volver a actuar como sector bancario (dar créditos y remunerar adecuadamente el ahorro...) muchos ciudadanos como yo, no querremos volver a entrar en vuestro juego. Por eso, dicho todo esto y con mi mayor respeto y consideración, gracias.

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