Viernes, 31 de julio del 2015 Tomàs Navarro (Barcelona)

Es una vergüenza la cantidad desmesurada de plásticos y de embalajes desechables que generamos a diario. Nuestras  sociedades consumistas se basan en el errático principio del cortoplacismo económico y en una cultura consumista del usar y tirar que está causando grandes daños medioambientales. Las toneladas diarias de residuos de plástico que generamos llegan incluso a las profundidades de los océanos, poniendo en riesgo la pervivencia de los ecosistemas marinos. Es un fracaso colectivo que desde los gobiernos y las instituciones europeas no se haya hecho ninguna ley que prohíba el uso generalizado del plástico y la cultura del embalaje de usar y tirar, a pesar de que se conocen perfectamente los efectos negativos que conlleva. Esta incapacidad para legislar  evidencia la impotencia o la sumisión de los gobiernos e instituciones ante los grandes intereses económicos y corporaciones que son las que realmente tienen la sartén por el mango en un sistema de libre mercado. En resumen, este sistema nefasto en el que vivimos llamado capitalismo no solo se muestra incapaz de dar hoy una salida a una crisis provocada por la lógica del crecimiento sin fin, insostenible en sí misma: también se ha convertido en una amenaza para el medio ambiente. 

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