Jueves, 30 de julio del 2015 José Luis García (Barcelona)

Como parte del colectivo auxiliar de la Guardia Urbana, me ocupo de la gestión del estacionamiento en Barcelona. Llevo 25 años en la vía pública y cada día veo más irregularidades por parte de los ciclistas. Creo que permitir a los ciclistas que crucen en rojo sería un error: el peatón tiene que estar protegido. Si no se respeta el semáforo la vulnerabilidad del peatón aumentaría, dándose situaciones como las que diariamente veo. El argumento de que saltarse el semáforo facilitaría la circulación es falso, por la sencilla razón de que la bici carece de la aceleración de una moto o un coche. Sería lo contrario de la parrilla señalizada como 'Zona avanzada de motos': esta sí contribuye a la fluidez porque las motos inician la marcha antes, sinperjudicar a los coches que las preceden. Mi experiencia diaria dada mi profesión me dice que abundan los ciclistas que van simultaneando la acera y la calzada, esquivando peatones y siendo esquivados por los automóviles. Se sienten como si hubieran adquirido patente de corso en el campo de batalla callejero. He asistido a atropellos por el ciclista que va pegado a la fachada, y he visto a peatones arrollados cuando cruzaban por su paso de peatones. En la Rambla de Catalunya, por ejemplo, tienen prohibida la circulación en el paseo central. Da igual: hacen caso omiso y practican un peligro eslálom con los paseantes como obstáculos a esquivar.  No pretendo que el coche sea el dueño del espacio urbano, sino que haya una reglamentación y que la vara de medir esté entre la tolerancia y la indisciplina, para que cada uno tenga su espacio. Hace 25 años Barcelona era un caos circulatorio. Lo que hoy ocurre con el incivismo de las bicis mis compañeros y yo lo vivimos en primera persona con los coches, cuando estacionaban sobre las aceras, en los pasos de peatones e incluso en reservas genéricas para personas de movilidad reducida. Pero a costa de esfuerzos, protocolos y perseverancia, hemos logrado en gran parte erradicar de nuestras calles parte de estas actitudes incívicas gracias a las normas y su justa aplicación.

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