Martes, 15 de abril del 2014 Antonio Herrera Valiente (Barcelona)

Mi padre, que se llamaba Blas, era conductor de tranvías. De pequeño, en las vacaciones escolares me llevaba con él. Me hacía mucha ilusión cuando me llevaba en el tranvía conocido por todos como la jardinera. En Barcelona las primeras jardineras llegaron en 1873, al poco de abrirse la línea de la Barceloneta. Se trataba de un vehículo construido por la firma George Starbuck. Recuerdo cuando nos llevaba al rompeolas, montábamos en las golondrinas y comíamos la paella en algún chiringuito de la Barceloneta, donde te encontrabas con Bernardo y su guitarra. El amigo Bernardo Cortés está enfadado por la noticia que publicó una revista sobre su fallecimiento. Ha cumplido 80 años; pero se encuentra con la misma ilusión que tenía el año 1951, cuando subió en la estación de Jaen al famoso tren El Sevillano. El tren llevaba a los quintos, los jóvenes que al cumplir la mayoría de edad se iban a hacer el servicio militar. Bernardo, durante el viaje, les cantaba, recitaba poesías… Seguro que muchos de aquellos quintos aún lo recuerdan. Bernardo es un icono de Barcelona como lo fue Mary Santpere, ambos son personas que, aun sin haberlas tratado, caen bien. Igual que Mary Santpere recibió el premio Reina de los Mercados, Bernardo es el Rey de los Chiringuitos de la Barceloneta.

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