Coches, muchos coches, incluso dejan aparcar en un terreno donde normalmente no se aparca. A partir de una valla con maderas han rodeado un espacio y han puesto una reja metálica, hasta hacer una pequeña plaza. Dentro hay una construcción de madera para encerrar a los animales. Suena música popular. Personas de todas las edades se apoyan a lo largo de la valla. Sale una vaquilla y algunos adultos saltan al interior y corren delante de ella, que, desorientada, va de un lado a otro sin parar. El animal los persigue hasta que le tensa la cuerda que tiene atada al cuello y que sujeta una persona dentro de la plaza. De vez en cuando el público aplaude. A ratos, sale un joven que lleva una figura con la forma de la cabeza del animal, y son los niños los que corren delante de él en la plaza, imitando a los mayores. Creo que es una forma de divertirse impropia del siglo XXI. ¿Cómo puede haber personas que aún se puedan divertir a costa del sufrimiento de los animales? Actos tradicionales de algunas fiestas mayores, como las vaquillas, los 'correbous' o la 'empaitada' de patos, deberían ser cuestionados desde la ética de la sociedad y del contexto cultural actual.
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