Miércoles, 1 de octubre del 2014 Maria Zafra (Barcelona)

Después de cinco años de espera, de falsas promesas electorales, han empezado las obras en la plaza del Sol de Gràcia, sin el consenso vecinal. Por lo visto, no es una reforma, sino un lifting, es decir: eliminar la marquesina (refugio de consumidores de todo tipo de sustancias legales e ilegales); sustitución del puente que cruza el párking; sustituir algunas de las baldosas de la plaza, en lugar de cambiar todo el pavimento roto y degradado --muy peligroso en días de lluvia--; y cambiar tres bancos del mobiliario urbano. En las horas que los vecinos hemos perdido hablando con nuestros representantes, se habló de la intención de cambiar el carácter de esta problemática plaza, de dar cabida a familias, a niños, zona de juegos, más verde y menos asfalto... ¿Recuerdan? La duración estimada de la obra es de tres meses, para evitar así cerrar ninguna de las nueve terrazas con las que cuenta esta tranquila plaza. Como si no tuviéramos bastante con el ruido de esta plaza, los vecinos ahora también deberemos soportar más caos, diurno y nocturno. Y yo me pregunto: ¿no podrían hacerse los políticos de nuestro ayuntamiento un lifting donde más lo necesitan y reformar como los vecinos queremos la plaza del Sol?

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