El Ministerio de Industria, Energía y Turismo ha enviado a la CNE una propuesta de real decreto para regular el autoconsumo de energía eléctrica que liquida en España la última esperanza para el sector fotovoltaico, emergente en muchos otros países con menos sol. Clama al cielo que se deba pagar una tasa sobre la energía que uno mismo produce y consume. La justificación que da el Gobierno es similar a poner una tasa a los correos electrónicos para compensar la disminución de cartas enviadas por correo postal. Parece que el Gobierno satisface los intereses de las empresas eléctricas por encima del de los ciudadanos. Estaba esperando la normativa para decidir cuántas placas fotovoltáicas ponía en casa y ahora ya lo sé: ninguna.
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