Viernes, 27 de febrero del 2015 Anna Amador (La Garriga)

De entrada, sorprende el título de la carta de Mar Arrufat 'Como taurina exijo respeto (19 de febrero)'. Tiene razón en que el respeto es importante, pero debería tener en cuenta que los animales también merecen respeto y no ser objeto de tortura, sufrimiento y muerte solo por diversión de algunos. El maltrato animal es un delito tipificado por la ley, y los delitos no se respetan, se persiguen y se penalizan. La tauromaquia no debe ser una excepción, y por ese motivo se prohibió en Catalunya a raíz de una iniciativa legislativa popular que reunió 180.000 firmas. En cuanto a la posible extinción del toro bravo si se dejan de hacer corridas, es bien sabido que se trata de un argumento caducado. El toro es un animal que no es bravo sino en las luchas territoriales, en la lucha por la reproducción o en situaciones de peligro. Es artificialmente manipulado y provocado para que responda de manera agresiva al torero. Y por último, las corridas de toros no son un arte. El arte es un proceso de creación y construcción, que da vida, no la quita. Por todo ello y por respeto, decimos no a la tauromaquia. 
 

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