Cada vez más, las personas, sobre todo los más jóvenes, preferimos el uso y el trato con máquinas y no con personas. ¿Es eso una señal de deshumanización? A menudo compramos a través de páginas on line, máquinas expendedoras... Preferimos la frialdad de las máquinas al riesgo de un trato con personas que no sean empáticas; no queremos ser atendidos por individuos que no saben entender que el desprecio o el trato inadecuado pueden causar dolor o malestar. Así pues, no es una señal de deshumanización el uso de máquinas para hacer algo rutinario, todo lo contrario; no hay nada más humano que evitar lo que te hace sentir mal, incómodo o inferior. Las empresas con empleados cara al público deberían formarles para que cada vez que traten con una persona sea una experiencia buena, agradable; no un simple intercambio entre trabajador y usuario. Pero si hemos de ser autocríticos, el error viene de más lejos, viene de la educación en casa y en la escuela. Educamos a nuestros hijos y alumnos cada vez más para que en el trabajo sean eficientes como máquinas, y no como personas, con sentimientos y empatía. Hay mucho que mejorar en nuestras escuelas, casas y empresas.
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