Esgrimir que el cumplimiento de la ordenanza de terrazas en beneficio de los ciudadanos podría llevar al paro a 6.000 personas me parece demagogia pura. ¿Por este motivo es lícito que las personas, con movilidad reducida o no, de cualquier barrio de Barcelona no puedan transitar por la acera sin interrupciones continuas? Fomentar que no haya ninguna regulación para que todos puedan cobrar cada mes no conduce a una ciudad habitable y mucho menos a puestos de trabajo estables. A menudo, los camareros empleados en las terrazas trabajan a tiempo parcial, sin contrato, sin seguro y con sueldos muy bajos. ¿Cuántos titulares o propietarios de estos negocios abren ellos mismos las persianas? Los cambios siempre dan miedo a algunos y los intereses económicos hacen que a menudo se manipule la información por motivos espúreos. Por este motivo, muchos amenazan con el paro a los trabajadores de las terrazas, cuando en realidad solamente tienen un objetivo: que todo siga como hasta ahora.
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