Cuando a un ser querido le diagnostican alhzéimer lo que pensamos en nuestra ignorancia es que en poco tiempo nos va a preguntar muchas veces "¿qué hora es?" y que nos debemos armar de paciencia. Nada más lejos de la realidad. El alhzéimer es mucho más que la pérdida de memoria; algunas veces es la pérdida también de la propia dignidad, y la difícil tarea de los que le rodean es ayudar al enfermo a mantenerla en la medida de lo posible. Y para esa difícil y durísima tarea, que no siempre sabemos comprender, y en la que sobre todo no sabemos muchas veces cómo actuar, hemos tenido la suerte de encontrarnos en nuestro camino con grandes profesionales a los que queremos agradecer su comprensión, sus consejos y, sobre todo, su ayuda, pues han hecho que en nuestra inexperiencia y a veces desesperación no nos sintiéramos tan solos. Por todo ello, queremos dar las gracias a la Unidad de Psicogeriatría de la Fundación Benito Menni de Sant Boi por su constante y delicada atención en las últimas semanas al que fue nuestro marido, padre y abuelo, pero muy especialmente queremos agradecer al doctor Ramón Reñé del Hospital de Bellvitge su paciencia, disposición e importante ayuda. Gracias a profesionales como él pudo irse de nuestro lado con toda la dignidad que junto con ellos fuimos capaces de mantener. Gracias en nombre de todos.
Familia de Francisco Hernández
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