Martes, 19 de mayo del 2015 Xavier Rius (Barcelona)

Durante los años 80 y 90 del siglo pasado, Barcelona se fue haciendo famosa en el mundo por el modelo de transformación que había impulsado, muy sensible a las reivindicaciones vecinales e incidiendo sobre el conjunto de los barrios, no solo sobre el centro de la ciudad. En este mandato, no obstante, el alcalde Trias ha reducido el modelo a una simple marca, y el objetivo ha sido "vender Barcelona", con la esperanza de que algo quedaría de beneficio para la población. Lo hemos visto en el Port Vell pensado para yates de lujo, en las recalificaciones para grandes superficies y para hoteles de lujo, en los párkings municipales más rentables, en la gestión del agua, de las guarderías y un largo etcétera. Y de las obras se han priorizado las del centro de la ciudad para mejorar la imagen turística, pero se han abandonado los barrios. ¿Qué quedará de todo esto? Que algunos grupos poderosos se habrán hecho de oro (seguro que le vuelven a votar), pero los beneficios no llegan a la mayoría y tenemos una ciudad mucho más empobrecida y desigual. Toca hacer balance. 

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