Martes, 26 de mayo del 2015 Rafael Soriano (Mataró)

Algunas conclusiones tras las elecciones municipales en Catalunya: sigue la caída de CiU y los partidos favorables a la independencia se han quedado en un 45% de los votos. ¿Se atreverá Artur Mas a convocar las elecciones? Se ha creado un doble sistema de partidos, uno para independentistas (CiU, ERC y CUP) y otro para los que no lo son (PSC, C’s, PP y Podemos-Podem). El resultado final entre bloques es la suma demográfica entre ciudadanos nacionalistas y los que no lo son; este dato se ve claramente dentro de una misma ciudad. En la mía, Mataró, en el Centre y el Eixample CiU, ERC y CUP copan los primeros lugares y la marca local de Podemos queda muy abajo. Sin embargo, en los barrios son los partidos independentistas los últimos clasificados, el PSC primero y entre Podemos y C’s se reparten el  segundo y tercer puesto.
El mismo perfil social vota CUP o Podemos según su posición en cuestiones identitarias. Se vio en la sede de Barcelona en Comú tras la victoria de Ada Colau: nada de banderas y gritos de júbilo en castellano. De momento no se ha abierto una brecha social con el tema del soberanismo pero sí una brecha política. Hay una línea imaginaria que separa la Catalunya  costera y de ciudades grandes creadas con la inmigración del resto de España, con fronteras  en Terrassa y Blanes, donde el independentismo es minoritario, y  más allá de esa línea los partidos soberanistas arrasan. Va a ser muy difícil conciliar estas dos Catalunyas, siempre habrá una mitad descontenta sea cual sea el resultado del proceso soberanista. O encontramos algo que no satisfaga del todo a nadie pero pueda aprobar una mayoría o el futuro no será halagüeño. 

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