Turistas, a pesar de todo

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CARME ESCALES

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Roser y su familia viven en Madrid. Llevaban seis años preparando su viaje a Florida, para asistir al lanzamiento del rover Mars 2020 de la NASA programado para este verano. Los tres últimos años han estado ahorrando para poder realizarlo. Pero en lugar de ver partir un vehículo hacia Marte, han visto aterrizar un virus en la Tierra. “No habíamos comprado los billetes aún, pero habíamos reservado ya hotel, y nos han devuelto el dinero”, explican. Anulada su misión americana, decidieron viajar en su coche, primero a Aragón, donde tienen casa, y estos días recorren la ciudad de Barcelona en bicicleta. “Lo estamos viendo todo desde fuera", afirman.

"Ante las noticias de rebrotes aquí, pensamos: mascarilla, distancia y no juntarnos con gente en espacios cerrados. Siempre comemos en terrazas. No hemos querido renunciar a salir. Mi marido es profesor y tanto él como nuestro hijo, la semana que viene volverán a las aulas, y así, al menos, habremos salido de Madrid”, explica Roser frente a la Casa Batlló. “Sabemos que lo más peligroso son fiestas familiares o compartir copas o cigarrillos, además de las concentraciones de gente como comuniones con cien invitados. Claro que nos afecta igualmente, pero todo lo que sí podemos hacer, lo hacemos”, dicen. Se alojan cerca de la Sagrada Familia, otro barrio casi desconocido este verano.

Sin colas en la Sagrada Familia

El atardecer de la avenida de Gaudí echa en falta a los turistas que solían subir desde el templo a cenar en alguna de sus terrazas o tomarse un helado o un refresco, ahora quien lo hace son prácticamente todos de catalanes. Extranjeros son muy pocos los que llegan a la obra inacabada de Gaudí. Frente a ella está Genesis fotografiándola. Es una joven peruana que visita por primera vez Barcelona. Reside en Valencia hace un año y antes de regresar a Perú, ha querido venir a darse una vuelta por la capital catalana. Consiguió una plaza en Blablacar y se vino a pasar tres días. Se aloja con amigos. Ha visitado el Tibidabo y la Sagrada Familia, “mejor así, sin aglomeraciones”, dice. También su billete a Perú se ha visto beneficiado por el covid, “de 1000 euros y algo que valía normalmente, ahora he pagado 700”, comenta.

'Al volver a Alemania nos harán la prueba y si es positiva deberemos hacer cuarentena'

La familia Vidal, padres y dos hijos, han venido igualmente, pese a las advertencias sobre el aumento de contagios en Catalunya. Viajaron desde Perpignan en su coche para pasar tres días en Barcelona. Leímos en la web del gobierno francés que tendríamos que llevar mascarilla en todos los espacios públicos. “Vamos a ir a Port-Aventura porque han hecho una oferta muy buena, con hotel y todo”. Jodie, Morgan y Elisa son tres amigos de Luxemburgo que también han llegado a Barcelona en coche. “Estamos cerca de Perpignan y hoy hemos decidido venir. Sí que hemos oído que hay muchos contagios aquí, pero lo hablamos entre nosotros y, manteniendo la distancia, aquí todo el mundo lleva mascarilla, creemos que no habrá problema”, explican. La Casa Batlló, la Sagrada Familia y el Parc Güell están en sus planes.

Cristina Lin, su marido y sus dos hijas, también han llegado en coche. Ellos desde Lyon. “Vimos que había muchos hoteles cerrados y reservamos un apartamento en Airbnb”, explica. “Antes de venir hubo muchos amigos que nos dijeron que no viniéramos, porque había muchas playas y establecimientos cerrados, pero otros que habían venido nos dijeron que no era para tanto. Y como este ya era nuestro plan para este verano, hemos venido”. En dos semanas han recorrido la costa mediterránea hasta Sevilla y antes de retomar su camino de regreso a Lyon, se recrean en Barcelona. “Ahora entraremos a visitar la Sagrada Familia, hemos comprado las entradas hace media hora solo y sin problemas, ni colas, cosa que sin covid no hubiéramos podido hacer”, expresan.

'El turismo no debiera enfocar solo al visitante extranjero, dice una turista local’

Lotte y Henning, alemanes, son una pareja de una localidad próxima a Frankfurt. Es la segunda vez que vienen a Barcelona. Estarán una semana, de viernes a viernes, reservaron un apartamento en Airbnb en Gràcia ya hace tres meses y han estado pendientes de las noticias. “En el aeropuerto nos harán la prueba y si damos positivo tendremos que hacer dos semanas de cuarentena en casa", afirman. “No tenemos miedo porque llevamos la mascarilla y vamos caminando siempre. De todas maneras, el riesgo está en todas partes, aunque aquí haya más casos que en Alemania”, dicen.

Los Doster Conde son de un pueblo cercano a Stuttgart. Han venido a pasar dos semanas. Como la madre es de Cerdanyola vienen cada año. “Este año no se ve a nadie, Barcelona está como hace 30 años”, dice el padre. Por él no hubieran venido este verano, pero la madre de su esposa falleció por coronavirus y han tenido que venir a arreglar documentos. El padre y las dos hijas han aprovechado para visitar la Sagrada Familia, el Museu Dalí de Figueres y han ido a la playa, en Barcelona y Castelldefels. “Cuando escuchábamos las informaciones sobre tantos contagios aquí no nos extrañaba, aquí la gente tiene más por costumbre abrazarse, cosa que en Alemania no hacemos”, comenta. “Además aquí la gente vive mucho más concentrada en ciudades. En Alemania vivimos más repartidos en pueblos. El nuestro tiene 5000 habitantes. El riesgo es menor. Ayer por la noche cogimos el tren a las 22 horas y estaba llenísimo de gente. En Alemania se han cogido muy pocos aviones, la gente se ha quedado en zonas más turísticas del país", explican.

Promoción para locales

Aquí también. Marisa y Anna aprovechan la oferta de visitas a un euro para residentes en Catalunya para visitar la Casa Batlló. Han venido cinco del Maresme. “Pasear por Barcelona ahora es una gozada”, comenta Marisa. “La montaña, en cambio, estaba abarrotada, especialmente los lugares donde te podías bañar en el río. Lo vimos en Ordesa, era todo gente básicamente de aquí”, añade. Otra pareja del grupo explica que estuvieron “solos en la Alhambra”. Todo ello les despierta una reflexión: “el turismo debería considerar también, como está pasando ahora, a los locales. No se debería enfocar solo hacia el visitante extranjero, sino promover el propio país con otro tipo de oferta y organización”, apunta Marisa. “No deja de ser una riqueza para nosotros, descubrir lo que tenemos cerca y que tal vez desconocemos del todo, o sitios que siempre están petados de turistas se podrían promover más con visitas para residentes”, añade.

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