NUEVAS EXPERIENCIAS EDUCATIVAS

Lecciones de vida más allá del aula

zentauroepp41958447 sant adri  de bes s 08 02 20018 reportaje sobre los proyecto180209122856

zentauroepp41958447 sant adri de bes s 08 02 20018 reportaje sobre los proyecto180209122856 / periodico

HELENA LÓPEZ / SANT ADRIÀ DE BESÒS

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

-¿Sabes lo que quiere decir 'sexy'?

- Sí, sí... creo que sí... - responde Àngela, a sus 93 años, encogiendo los hombros con una sonrisa pícara que confirma que, efectivamente, lo sabe.

La conversación tiene lugar en el pasillo central del instituto Manuel Vázquez Montalbán, a los pies de las Tres Xemeneies, una lluviosa y gélida tarde de jueves lardero. Pese a las inclemencias meteorológicas, nadie ha querido perderse la cita. Ni los jóvenes voluntarios, alumnos de tercero de ESO del centro, ni Àngela, usuaria de AvismónAvismón desde hace tres años, quien nunca pudo ir al colegio, por lo que le hacía muchísima ilusión la visita.

Zaida, una de las chicas, coge cariñosa del brazo a Ángela mientras pasean por el instituto. Lo de "sexy" viene a cuento por la exposición de fotografías que decora una parte del pasillo. "Es una campaña para fomentar la lectura", le explican los chicos. En otro rincón del mismo pasillo, una pequeña muestra sobre mujeres científicas. "Hoy hemos ido a visitar la facultad de aquí al lado [la sede de la UPC en La Mina], solo las chicas. A unas jornadas para despertar vocaciones científicas entre las chicas", le explican las estudiantes a Ángela, quien sonríe contenta. "Estudiad mucho, vosotras que tenéis la oportunidad. Es una lástima llegar a mayor y no saber leer ni escribir", responde emocionada la mujer.

Su primera vez

El entrañable encuentro, al que también acude Ricardo, otro usuario de Avismón, quien toma con su móvil fotos de cada rincón del instituto para inmortalizar la visita, se enmarca en el proyecto de Servei Comunitari que realizan los alumnos de tercero de ESO de este instituto situado en el margen izquierdo de Santa Adrià de Besòs -el único público de la zonadesde hace tres años.

Además de en esta entidad, los alumnos podían elegir entre hacer el voluntariado en las escuelas Pompeu y Catalunya -los dos colegios públicos de la zona-, en el comedor social de la ciudad o en el Esplai Borinot, en el Ateneu Sant Roc. "Una de las claves del éxito de la experiencia es que los alumnos pueden elegir. Les ofrecemos las distintas opciones y ellos deciden dónde quieren participar", expone César Caparrós, entregado director del instituto y profesor de tecnología. 

Uno de los lugares preferidos por los chavales son los colegios del barrio. "Muchos quieren volver al colegio para ver a sus profesores, su 'cole'..., por muy rebotados que salieran de allí, a todos les hace ilusión volver, y aún más volver como 'profes'", señala el director.

"Oportunidad para reconstruirse"

"El servicio comunitario es una oportunidad para reconstruirse. Cuando salen del grupo ya no tienen que ser el malote o el graciosillo. Pueden jugar otro papel", subraya Caparrós como una de las grandes virtudes del proyecto. "Sentir que puedes hacer algo por los demás. Que tú tienes cosas que enseñar, les hace mucho bien. Hay chicos que llevan toda la vida encadenando derrotas, siendo los fracasados del sistema; y sentir que por una hora, en su colegio, además, ellos pueden ser los referentes provoca muchas veces un necesario cambio de chip", prosigue Caparrós, quien apunta que el proyecto es beneficioso también para los alumnos de entornos más favorecidos.

La mejor prueba de que los alumnos acaban satisfechos de la experiencia es que, cuando a principio de curso, los profesores responsables suben a tercero a presentar el proyecto, siempre sale algún repetidor confirmando las virtudes del proyecto y lo bien que se lo pasó.

Cada uno de los servicios comunitarios es distinto, y no todos los chicos pueden hacerlo todo.  El más duro es el del comedor social, donde ayudan a poner la mesa, a repartir la comida y a recoger los platos. "Es el entorno más complejo, donde están expuestos a situaciones muy difíciles -expone el director-, y los chicos tienen que estar concienciados de lo que se van encontrar, pero, una vez pasan por allí, todos acaban encantados".

Arraigados al territorio

El objetivo final del proyecto es arraigar a los chicos. "Es una suerte que los barrios con un perfil sociocultural medio-bajo como los nuestros tengan un tejido asociativo tan fuerte, y queremos encarrilar a los chavales hacia ahí", resume Caparrós.

Pablo es otro de los alumnos de tercero del Vázquez Montalbán. Él hace el voluntariado en la escuela Catalunya, a pocos metros. Este jueves de playas nevadas, pese a haber salido del instituto a las dos y media y no tenido casi tiempo ni para comer, a las tres y cuarto está en el colegio. Le esperan los alumnos de tercero -en su caso, de primaria- con las caras pintadas -estamos en Carnaval- para que les eche una mano en la clase de plástica. Hoy toca acabar de pintar con acuarelas el retrato de Frida Kahlo que empezaron la semana pasada. Pablo reparte las coloridas obras entre los alumnos. Pese a que lleva poco tiempo allí, recuerda los nombres de todos ellos. Los que van terminando, tienen otro ejercicio a punto. Esta vez pintar una obra de Kahlo. Uno de sus clásicos bodegones de fruta.  

El origen

Caparrós explica el origen de la iniciativa. Su prehistoria. Empezaron hace siete años con los alumnos de cuarto A, grupo especial con dificultades para seguir el curso y una adaptación curricular. "Hacían dos trimestres prácticas en empresas, y empezamos con un tercero, con prácicas en una entidad o algún proyecto social de la zona", expone el director. Bautizaron ese ya consolidado salto al voluntariado como Impic'art (empezaron haciendo teatro social). 

Dentro de Implic’art -donde los alumnos de cuarto A colabora con entidades sociales del municipio que trabajan para ayudar a niños con dificultades socioeconómicas y con un servicio municipal que dedica su atención a las personas mayores, se enmarca la iniciativa 'Passa'm memòria', la joya de la corona, realizada en colaboración con el Punt Òmnia del PES La Mina, en el barrio vecino. 

Se trata de una experiencia de trabajo intergeneracional muy emotiva tanto para los alumnos como para los mayores (e incluso para los profesionales implicados, siempre imprescindible para hacer realidad estos proyectos, fuera de aula y de horario). Los mayores comparten su realidad, sus inquietudes -se desahogan y sienten acompañados- y los jóvenes les ayudan con la tecnología, para poder acabar editando una pequeña historia de vida de cada protagonista. Esa fue la semilla de la actual colaboración con Avismón.

Aprendizaje servicio: el marco general

<span style="font-size: 1.6rem; line-height: 2.6rem;">La propuesta del <strong>instituto Vázquez Montalbán</strong> se enmarca en la línea impulsada por el Departament de Ensenyament, que propone el <strong>Aprendizaje servicio</strong> como "la metodología más adecuada para llevar a cabo el servicio comunitario en los centros de secundaria". Se trata de una propuesta educativa que combina procesos de aprendizaje y <strong>servicio a la comunidad en un solo proyecto bien articulado </strong>(como el de Sant Adrià).<strong> </strong>Un proyecto en el que los participantes se forman trabajando sobre necesidades reales de su entorno con el objetivo de mejorarlo. El alumnado a la vez que ofrece un <strong>servicio comunitario</strong>, "aprende a ser ciudadano y a desarrollar el compromiso cívico", señalan desde el Departament. </span>