PROBLEMÁTICA EN ALZA

Techo, comida y ¿futuro? para jóvenes sin hogar

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zentauroepp41750639 sin techo180123163550 / RICARD CUGAT

IMMA FERNÁNDEZ / BARCELONA

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"Las cosas malas te enseñan, he aprendido de lo muy mal que lo pasé en la calle. Un mes, entre ladrones, borrachos y drogadictos; yo no hago esas cosas, no quería seguir ese camino. He tenido suerte y la aprovecharé". La suerte de Omar ha sido encontrar plaza en Maria Feixa, el primer centro municipal de alojamiento para jóvenes sin hogar de Barcelona, inaugurado este martes junto a la Estació de França. Hay 21 plazas de acogida temporal -un año que podrá alargarse según las demandas y necesidades- para jóvenes entre 18 y 21 años, ampliable hasta los 25 años, en situación de exclusión y la mayoría extutelados. Incluye la manutención y un acompañamiento socioeducativo, con el apoyo de 13 trabajadores, que les permita la difícil integración. El Ayuntamiento aporta un presupuesto anual de 652.000 euros.

Omar, argelino de 18 años, le brillan los ojos: "Mis amigos siguen en la calle, yo estudio para mecánico". Ha podido escoger habitación individual. Hay cinco individuales, cinco dobles y cuatro triples. Todas luminosas y con un alegre acolchado naranja. "Cuando me levanto lo primero es lavarme la cara", El espejo le devuelve su nueva realidad: cama, comida, estudios y apoyo asistencial. Dejó su país y tras pasar por Francia, donde tenía familiares, cruzó la frontera. "Me dijeron que aquí en España conseguiría papeles, en Francia no es posible", cuenta con templanza a la maraña de periodistas que lo abordan. Solo, con la mochila y su tenacidad, a la búsqueda de un futuro mejor, acabó en el centro de acogida de Zona Franca tras su viacrucis callejero. De allí le derivaron al flamante equipamiento de la calle Duana, de cuya gestión se ocupa la Fundació APIP-ACAM.

Trabajo digno y vivienda

Josep Ricou, presidente de esta entidad dedicada a la atención e inclusión de colectivos de funcionalidad diversa y en riesgo de exclusión, avisa de las dificultades de inserción. "¿Qué joven puede hoy mantenerse a los 18 o 21 años?". No lo van a tener fácil los ilusionados inquilinos del Maria Feixa, que deben superar el consabido triple salto: regularización, trabajo y vivienda, para abandonar la exclusión, "Su futuro no está claro. Faltan empresas que faciliten prácticas adecuadas. Centros como este son parches, pero hay que atajar la problemática de forma global. Sin trabajo digno y alojamientos asequibles no hay solución", advierte.

Desamparados

Los datos son demoledores: "Ha aumentado un 30% los jóvenes sin techo", denuncia Laia Ortiz, tenienta de alcalde de Derechos Sociales. En el 2017 se detectaron 1.026 personas durmiendo en la vía pública, de las que más de 200 eran jóvenes. Otras 1.954 fueron alojadas en equipamientos. Ortiz ha aprovechado la inauguración del centro, único en Catalunya, para lanzar un par de collejas a la Generalitat y el Estado. "Todas las administraciones deben hacerse responsables de las personas sin hogar. Los jóvenes tutelados quedan desamparados cuando cumplen los 18. Los echan a la calle sin hacerles ningún seguimiento y tampoco les ayudan en su regularización. Están desprotegidos".

Requisitos y normas

Hay ciertos requisitos y normas para entrar en este salvavidas temporal abierto junto a la Estació de França. "Deben tener un plan de trabajo y ser derivados por algún profesional. Y ellos deben esforzarse para adaptarse a los horarios, comidas, labores...", agrega Ricou.

"Esto no es un hotel -tercia el director del centro, David Vázquez-. Deben cumplir con las tareas de limpieza, los estudios y la organización", A las 11 de la noche se cierran las puertas, excepto los fines de semana. Hay cierta flexibilidad y más cuando les surge algún curro, explica el responsable. "El otro día un chaval nos pidió permiso para hacer de madrugada una mudanza en Manresa". En el caso de sufrir adicciones deben estar en tratamiento y, si padecen algú trastorno mental, estar compensados, informa. "Esperemos que aprovechen la oportunidad, pero si no cumplen deberán irse y vendrán otros". Los hay a patadas.