EN LA CAPITAL CATALANA

Arrimadas se impone en siete distritos pero el bloque independentista aún gana en votos

Inés Arrimadas, durante la campaña electoral, en L'Hospitalet de Llobregat

Inés Arrimadas, durante la campaña electoral, en L'Hospitalet de Llobregat / Silvia Jardi

Patricia Castán

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Ni el mejor de los pitonisos se habría atrevido a vaticinar hace un lustro que Inés Arrimadas, de partido liberal, joven y mujer, iba a romper todos los moldes de las autonómicas e imponerse en siete distritos de Barcelona. Pero el espíritu plebiscitario de estas elecciones y el desgaste del PP han llevado a la candidata de Ciutadans a ser la fuerza más votada en la ciudad que escenificó en la calle la potencia de los anhelos independentistas. La suma de este bloque sigue por delante del constitucionalista, aunque apenas les separan dos puntos porcentuales, cuando en el 2015 la distancia entre las mismas fuerzas era de casi nueve. La nueva masa de votantes y la polarización en busca del voto útil han machacado al PP y a la CUP, para engordar -respectivamente- los resultados de C's (supera los 218.000 votantes) y también del PSC (crece en más de 30.000), y en menor medida de ERC (que ha sido segunda) y de JxCat.

Arrimadas, con casi uno de cada cuatro votos en su bolsillo, se ha situado a la cabeza en siete distritos tan dispares como Les Corts, Sant Andreu, Ciutat Vella, Sarrià-Sant Gervasi, Horta-Guinardó, Sant Martí y Nou Barris. En este último, el distrito con rentas más bajas, se ha llevado casi un tercio de los votos. El pulso independentista ha dinamitado cualquier ideología en una jornada récord de participación (81,6%) que ha hecho salir del armario a muchos 'unionistas'.

Otros distritos

En el ránquing de ciudad, Esquerra se ha situado segunda a más de 27.000 votos de los naranjas, pero 12.000 votos por delante de Junts per Catalunya, aunque este ha sido el partido más votado en el Eixample y en Gràcia. En cambio, ERC ha sido el más votado en Sants-Montjuïc, donde C's incluso se ha colado segunda por delante del partido de Puigdomènech.

La balanza de los dos grandes bloques queda muy igualada en la capital catalana, visto que la suma de JxCat, Esquerra y CUP baja ligeramente respecto a los anteriores comicios, mientras que el bloque constitucionalista (C's, PSC y PP) crece, empujado por los dos primeros. No obstante, los primeros están más de dos puntos porcentuales por encima.  

Los socialistas han logrado crecer tres puntos en la ciudad al atraer muchos votos antisoberanistas que no comulgan con los partidos de derecha. En cambio, los 'comuns' han salvado los trastos en Barcelona en comparación con el retroceso que sufren en el resto de Catalunya. Posiblemente por la influencia de Colau, que ha dado un discreto apoyo a la campaña de Domènech, pero refuerza su marca. Apenas han perdido un millar de votos y son la quinta fuerza más votada. 

El descalabro de los cupaires les deja casi a la mitad que hace dos años y también el PP baja cuatro puntos, en un resultado históricamente malo.