MODELO DE CIUDAD

El RACC rechaza el tranvía por la Diagonal y propone conectarlo por el Eixample

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El RACC ha llegado a la conclusión de que la unión de las dos líneas de tranvía que operan en Barcelona "puede suponer un impulso positivo para el transporte público de la ciudad". Pero eso no implica, más bien todo lo contrario, que defienda el trazado por el que apuesta el gobierno de Ada Colau. El automóvil club rechaza la Diagonal y propone tres alternativas por el corazón del Eixample. 

No comulga con el plan de Barcelona en Comú porque, tras analizar el estudio informativo presentado a finales de junioestudio informativopresentado a finales de junio, llega a la conclusión de que poner las vías en el tramo central de la avenida "incrementaría la congestión en el Eixample, tanto del transporte público como del privado". Y por ende, aumentaría la contaminación y el ruido. Según el RACC, el dictamen municipal "ha infravalorado los datos que apuntan hacia un aumento del tráfico y un empeoramiento de la calidad del aire". Por todo ello, aporta sus propios trazados. 

Tres variantes

El primero implica bajar las vías por Urgell hasta la Gran Via, y desde ahí, recto hasta Glòries. El segundo propone de igual manera bajar por Urgell pero tomar Aragó hasta Sardenya para alcanzar la plaza (unos 800 metros) a través de la Diagonal. El tercero sugiere dividir la ida y la vuelta, de manera que el tranvía ocuparía tanto Gran Via como la avenida Roma y Aragó. Esta opción, según el RACC, "ofrece la posibilidad de establecer una conectividad multimodal con la estación de Sants". Con la futura Sagrera, sin embargo, quizás carecería de tanto sentido.

Más allá de plantear sus alternativas, el club automovilístico también pone en duda la validez técnica del estudio informativo sobre el tranvía, cuyo proyecto lidera el 'exconseller' Pere Macias. Según el RACC, el consistorio "solo ha tenido en cuenta el incremento de tiempo de viaje para los usuarios que circulan por las calles que atraviesan la Diagonal en los casos más extremos de saturación de tráfico". Pero echa de menos contabilizar "el resto de la "congestión generada que, sin llegar al extremo de saturación, también provocará pérdidas de tiempo a los ciudadanos".

Es por ello que la entidad reclama estudiar "la desviación de volúmenes de tráfico al resto del Eixample" y analizar "las afectaciones del tranvía sobre el tiempo de trayecto de la red de bus", teniendo en cuenta que cuatro líneas de la nueva malla (H8, H10, V13 y V15) se verían afectadas por las vías sobre la Diagonal.

En manos de los grupos

El RACC también invita al ayuntamiento a reflexionar "sobre la evolución tecnológica en el campo de la movilidad, donde en los últimos años han ido apareciendo nuevos modelos de negocio y maneras de circular que nada tienen que ver con lo visto hasta ahora. La entidad hace referencia a los vehículos de movilidad personal (patinetes, plataformas eléctricas...), los autos eléctricos, la conducción autónoma o los sistemas colaborativos de desplazamiento. "Este contexto -rezan los expertos del automóvil club- debe tenerse en cuenta en la planificación de infraestructuras rígidas a largo plazo como el tranvía, con una vida útil superior a los 30 años".

Mientras el debate técnico sigue sobre la mesa, el diálogo político sigue estancado. Este miércoles tocaba comisión extraordinaria sobre el tranvía y los grupos municipales siguen firmes en sus posiciones. El gobierno de Colau está lejos de lograr la mayoría mínima que le garantice el presupuesto para iniciar la obra. Tal y como están las cosas, sería aventurado afirmar que en este mandato habrá nuevas vías.