Un edificio singular

Merlin recupera el proyecto 'multiinquilino' para la torre Glòries

Imagen de la torre Glòries, antigua sede de Agbar.

Imagen de la torre Glòries, antigua sede de Agbar. / JOAN PUIG

Max Jiménez Botías

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El proyecto de Merlin Properties para la torre Glòries nació con el propósito de destinar el inmueble a diferentes inquilinos -edificio 'multiinquilino', según define la empresa-, o lo que es lo mismo, para que empresas distintas pudieran instalar sus oficinas en el distrito de negocios del 22@. Con ese propósito compró la torre en enero de este año en una operación que implicó una inversión de 142 millones de euros, para una de las primeras socimis (sociedad cotizada de inversión inmobiliaria) españolas, que ya tienen una presencia notable en Catalunya en diferentes actividades del sector, como la zona logística del Port de Barcelona, donde tiene una participación societaria.

Con la compra, Merlin anunció una inversión de 15 millones de euros en la adaptación de la torre para su uso como oficinas. Esas obras están en curso en estos momentos. El edificio remodelado no se entregará hasta primeros del 2018. La compañía ya ha puesto en marcha la comercialización de los espacios empresariales. Anunció este lunes que comenzaba la búsqueda de inquilinos una vez que la Agencia Europea del Medicamento (AEM) fue adjudicada a la ciudad de Ámsterdam, según fuentes del grupo inmobiliario. Pero cabe pensar que ya se ha movido en el mercado con anterioridad ante el pesimismo sobre la adjudicación que se despertó tras la presentación de la candidatura en Bruselas en octubre.

Compromiso con el ayuntamiento

Merlin tenía un compromiso con el Ayuntamiento de Barcelona, que no ha implicado costes para el consistorio -según la socimi-, para destinar el inmueble a albergar el organismo comunitario ahora con sede en Londres. La inmobiliaria estaba obligaba a respetar ese compromiso hasta el momento en que se decidiera la adjudicación. Merlin no tomó la decisión de comprar la torre por esa razón, pero fuentes de la empresa reconocen que se sumaron al carro del consistorio barcelonés porque tenían una elevada certeza de que había un pacto no escrito entre el Gobierno español y Bruselas para que la capital catalana albergara la agencia del medicamento. "Ese pacto quedó prácticamente roto como consecuencia del 'procés' soberanista", destacan las fuentes consultadas. Los representantes del Ayuntamiento de Barcelona, acompañados también por la propiedad del edificio, tuvieron que defender en Bruselas la candidatura de Barcelona en plena agitación independentista. "Los representantes de Ámsterdam y Milán se encargaron de poner de manifiesto que la AEM abandonaba Londres por el 'Brexit' y que conceder la sede a Barcelona, podría repetir la situación", agregan las mismas fuentes. 

La torre cuenta con una superficie bruta de 37.614 metros cuadrados, distribuidos en 34 plantas sobre rasante y un auditorio con capacidad para más de 350 personas. Adicionalmente, el edificio tiene cuatro plantas de aparcamiento con 300 unidades. En total, el inmueble dispone de 51.485 metros cuadrados construidos. Alquilar todo ese espacio a diferentes arrendatarios resulta más complicado que a un solo inquilino, aunque esta situación ya se la planteaba Merlin cuando le compró la torre a Emin Capital, el fondo de inversión que pretendía destinarla a hotel, pero que no consiguió la licencia.