TRANSPORTE URBANO
Barcelona prueba cámaras en los autobuses para detectar puntos ciegos
Un sistema de conducción asistida está trazando un mapa de calles donde pueden colisionar con ciclistas
El Ayuntamiento de Barcelona está ensayando un sistema de conducción asistida que podría reducir las colisiones entre vehículos municipales y ciclistas, y por otra, trazar un mapa de los puntos conflictivos en términos de tráfico.
Se trata de unas cámaras de visión artificial capaces de analizar si un obstáculo que se acerca al vehículo es un peatón, un ciclista, un motorista, un animal o un objeto, e instar al conductor a que lo evite. "Persigue eliminar los ángulos muertos que son los que causan más accidentes con los peatones, ciclistas y motos", explica Elías Izquierdo, de la empresa Mobileye, una startup israelí que compró Intel este verano y que también está desarrollando vehículos sin conductor.
La prueba del sistema Shield Plus, que anunció TMB este miércoles en el Smart City Expo World Congress que se celebra en el recinto de Gran Vía, comenzó el pasado septiembre y se prolongará durante todo el trimestre en dos buses de 12 metros de la red de TMB, una grúa, un vehículo de limpieza, dos de la Guardia Urbana y uno de BCasa, la sociedad que gestiona el ciclo del agua.
El sistema avisa ante una posible colisión con peatones, coches y ciclistas, identificando el vehículo y calculando la velocidad a la que se aproxima, pero también otras circunstancias, como una posible salida de carril. Lo hace con alarmas visuales y acústicas al conductor, que tiene que aprender si es una aproximación (alerta amarilla) o realmente hay riesgo de colisión (roja).
Monitorizar cómo se conduce
Las situaciones de riesgo las reporta vía móvil a un software central que los va geolocalizando, de modo que el Ayuntamiento podrá tener la información de cuáles son los puntos más peligrosos de las calles e implantar medidas para corregirlo, señala Izquierdo. El programa de analítica también permite extraer conclusiones de cómo se conduce el vehículo.
El sistema ya funciona en otras ciudades como Nueva York, Singapur, París, Londres y Terrassa, que los instaló cuando renovó la flota de buses con vehículos híbridos, mucho más silenciosos.
En Barcelona, está previsto que se incorpore a un total de 43 autobuses de los 1.200 vehículos que componen la flota durante el año próximo.
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