OBRAS GAFADAS

Las empresas expulsadas de las Glòries reclaman a Colau siete millones de euros

Vista aérea de la plaza de las Glòries.

Vista aérea de la plaza de las Glòries. / FERRAN SENDRA

Carlos Márquez Daniel

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No había antecedentes en la historia reciente de la ciudad. Por eso surgieron tantas dudas cuando, el pasado mes de abril, el Ayuntamiento de Barcelona anunció la rescisión del contrato de las obras de la fase 1 de los túneles de las Glòries. Entre las incógnitas, la liquidación del convenio firmado en marzo del 2015 con las cuatro empresas que se adjudicaron el proyecto, quizás el más importante, con permiso de la Sagrera, de cuantos están en marcha en la capital catalana. Pues bien, para cerrar ese capítulo, el ayuntamiento habrá pagado antes de que termine el 2017 un mínimo de 36,2 millones de euros, más IVA. En esa cifra están todos de acuerdo porque corresponde a la obra ya hecha, pero las constructoras podrían llegar a reclamar otros siete millones por distintos conceptos. Un dineral, pero la inversión total está previsto que siga sin superar el tope inicial de 180 millones para las dos galerías. 

La cifra del cierre del acuerdo, facilitada por fuentes de la empresa pública BIMSA, puede verse efectivamente incrementada en las próximas semanas si las constructoras afectadas no dan por buena la oferta municipal, basada en el informe elaborado por la dirección de la obra, asumida, del mismo modo, por una compañía externa que ganó su correspondiente concurso público. A mediados de septiembre, las empresas que formaban la unión temporal de empresas (Comsa, Copisa, Benito Arnó e Hijos y Rogasa) presentaron su propia propuesta de liquidación que incluía varias partidas más allá de lo que nadie parece discutir.  

Daños y perjuicios

Por un lado, "reclamaciones técnicas derivadas de discrepancias en los criterios utilizados para su cuantificación" por valor de 4,9 millones de euros, y por el otro, 1,9 millones más por "costes de estructura de las empresas". Ninguna de esas cantidades es asumida por BIMSA. 

En los 36,2 millones que sí acata el consistorio, además, se han restado tres millones por daños y perjucios. El ayuntamiento ya avanzó en marzo que pediría esta compensación al informar sobre la liquidación del contrato, pero la cantidad no se había hecho pública hasta ahora. En total, si la UTE lo considera oportuno, entre una cosa y la otra se podría abrir un proceso judicial en el que reclamaría a la Administración cerca de siete millones de euros (más los tres por daños), que es la discrepancia entre ambas partes a la hora de valorar el cierre. 

Si como todo parece indicar el consejo de administración de BIMSA aprueba la propuesta de liquidación, las constructoras dispondrán de 15 días hábiles para argumentar y alegar lo que consideren oportuno. Vaya o no vaya a juicio el asunto, el consistorio pagará antes de finalizar el año los 36,2 millones de euros consignados, ya que, de no hacerlo, y puesto que el presupuesto municipal se aprueba año a año, no está garantizado que esa cantidad esté disponible en el 2018. 

Baja temeraria

Tras seis meses de parón en la plaza, el trabajo en los despachos ha sido frenético. No solo para preparar los pliegos del nuevo concurso público que permitirá retomar los trabajos en el primer trimestre del 2017, según prometen los responsables de Urbanismo, sino también para cerrar ese capítulo anterior, esas primeras perforaciones que se quedaron atascadas por los errores de planificación detectados por una auditoría externa realizada por el Instituto de Tecnología de la Construcción de Catalunya (ITEC). 

Muy bien no podía ir la cosa cuando la UTE que perforaba el túnel desde Castillejos hasta Badajoz ganó el proyecto con una baja económica del 24,5% sobre una licitación de 80 millones. Los imprevistos llevaron a las constructoras a anunciar un sobrecoste total de la obra del 60%, con lo que el montante total, de no haber roto el contrato, habría ascendido hasta los 96 millones de euros. Todo esto, amén de los 16 meses de retraso que la propia auditoría pudo acreditar que arrastraba la obra hasta abril del 2017. La finalización del proyecto (fase 1) estaba prevista para el pasado 9 de mayo. La nueva previsión es finales del 2018. 

Números redondos

A pesar del dinero que el ayuntamiento deberá desembolsar para finiquitar la relación contractual con las constructoras, fuentes de BIMSA aseguran que el presupuesto total previsto para las dos galerías (la segunda va de Badajoz hasta la rambla del Poblenou) no superará los 180 millones que desde el primer momento se dijo que costaría todo el túnel de Glòries. En números redondos, la cosa quedaría más o menos así: 36 millones por la liquidación del contrato, 98 para la nueva licitación (incluye lo que queda de la fase 1 y toda la fase 2) y otros 35 millones para instalaciones finales (proyectos aún por sacar a concurso). Total, 178 millones (sin IVA). Y eso, según señalan desde BIMSA, sin tener en cuenta que las dos últimas partidas pueden ser inferiores, pues las empresas aspirantes suelen presentar ofertas por debajo del precio de salida. 

Para evitar que la historia se repita, el consistorio ha decidido despedazar lo que queda de túnel en cinco contratos distintos. Se espera que un total de 20 empresas trabajen a la vez a partir del primer trimestre del año. Y que todo el túnel esté terminado, si no hay más contratiempos, en el 2021. Objetivo: no volver a pillarse los dedos con Glòries