TRAGEDIA EN LA ZONA ALTA

Un hombre de 93 años muere en el virulento incendio de un edificio del Putxet de Barcelona

Incendio en piso calle Saragossa  número132

Incendio en piso calle Saragossa número132 / periodico

Carlos Márquez Daniel

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Reconfortaba, dentro de la tragedia, ver cómo el joven la hacía sonreír. Cuatro horas antes, esa mujer sentada en un banco de la calle, tapada con una mantahabía perdido a su padre, con el que vivía en el séptimo piso. El chico, un miembro del Servicio de Urgencias y Emergencias Sociales de Barcelona (CUESB), le hablaba con ternura y sin prisas, con el brazo izquierdo rodeando su espalda y gesticulando con la otra mano. Como intentando evadirla. Sucedía en el barrio del Putxet, tras un fuego muy violento. En la calle de Saragossa, una de las mil esquinas de General Mitre.

La víctima mortal, un hombre de 93 años, no ha podido escapar de las llamas, que se han originado en el sexto piso por causas que todavía se desconocen. Un vecino ha intentado echar una mano para sacarle de la vivienda. Y así iba a ser a pesar del intenso humo. Pero al abrir una puerta, el aire ha alimentado el fuego y el anciano se les ha escapado de las manos. Los Bomberos le han encontrado en ese pasillo, ya sin vida. Dicen los que le conocían que era un hombre vital al que le gustaba pintar. Y que no tenía problemas de movilidad más allá de lo que cabría esperar de un respetable nonagenario.  

A los pies del edificio, bomberos, Guardia Urbana, Mossos y SEM se han afanado en controlar el incendio, cortar el tráfico y empezar a atender a los heridos. Un vecino del sexto piso, un joven de 18 años, ha resultado herido grave, otros 12 residentes han sido trasladados a centros hospitalarios con pronóstico leve y seis más han sido atendidos en la calzada o en sus domicilios. Básicamente, inhalación de humo y crisis de ansiedad. Cuatro personas han sido confinadas en un rincón de la finca ante la imposibilidad de acceder al lugar para rescatarlas. Finalmente han podido bajar a la calle sin problemas una vez se ha abierto una vía de escape segura. 

Los vecinos del edificio afectado, 16 pisos en total, se han ido agolpando en una finca colindante de General Mitre. Día festivo, así que algunos vestían lo normal a esas horas de la mañana: pijama y sudadera. Especialmente inquietos estaban los propietarios de las plantas seis y siete, además del ático, cuyos apartamentos han quedado seriamente dañados. Lo ha confirmado el jefe de guardia de los Bomberos de Barcelona, Ivan Novo, que ha explicado que los efectivos se han encontrado al llegar con un fuego “totalmente desarrollado”. Testigos de primera hora así lo han ratificado. Entre los curiosos al otro lado de la calle, muchos habían presenciado las “enormes llamas que salían de la parte de arriba”. Quizás por eso, por la espectacularidad y lo aparatoso del incendio, se hayan desplazado hasta el lugar 15 dotaciones de bomberos y 14 ambulancias, amén de una treintena de agentes de la Urbana y de los Mossos. Un despliegue que se ve pocas veces en Barcelona. 

Revisar el acero

El concejal de Sarrià-Sant Gervasi, Daniel Mòdol, también ha pasado buena parte de la mañana en el Putxet. “Lo importante ahora -ha señalado- es atender a los heridos y realojar a las familias afectadas. Ya habrá tiempo de hablar de las causas del incendio”. Un total de 22 personas de seis núcleos familiares distintos han aceptado el alojamiento alternativo ofrecido por el ayuntamiento. El edil, arquitecto y urbanista de profesión, ha detallado de qué manera el fuego puede dañar un edificio cuya estructura está hecha de hierro: “El acero se hace con fuego, así que, una vez colocado, si alcanza ciertas temperaturas, pierde todas sus propiedades. Hay que ver si ese es el caso y asegurarse de que la finca no corre ningún peligro antes de permitir que los vecinos regresen a casa”. Novo ha añadido que antes de que el inmueble recupere la normalidad, más allá de revisar la base metálica, “será necesario rehabilitar las plantas afectadas y restablecer los servicios de agua, luz y gas”. 

Poco después de las tres de la tarde, los bomberos han subido una escalera hasta la ventana del séptimo piso. Ha sido así, con una grúa, ante el respetuoso silencio de todos los efectivos que aguardaban en tierra, como se ha procedido a bajar el cuerpo de la única víctima mortal de este virulento incendio. Mientras eso sucedía, el joven del CUESB no ha soltado la mano de la hija del fallecido en ningún momento.