Tres heridos a navajazos en una pelea en un narcopiso del Raval

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Guillem Sànchez / Barcelona

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Mercedes es una anciana que vive en un primer piso de la calle del Carme. Es chiquita. Y solo comparte su casa con un cocker negro y con dos periquitos que encierra en una jaula que arrima a la ventana de la cocina. La casa entera está llena de figuras caninas de cerámica. El suyo podría ser otro caso de la soledad de la tercera edad que atrapa a muchas mujeres que enviudan en Barcelona. Pero vive en el Raval y su mal es la plaga de narcopisos que está asfixiando a este vecindario. La policía ha detectado en el distrito de Ciutat Vella unos 60 domicilios ocupadosunos 60 domicilios con el propósito de traficar con drogas, algunos incluso de propiedad municipal. La inmensa mayoría de ellos están en el Raval. 

Los traficantes que han ocupado el domicilio de la tercera planta del bloque en el que reside Mercedes venden heroína. Además, como hacen casi todos los narcopisos, ofrecen a sus clientes la posibilidad de inyectarse la dosis de caballo que acaban de comprar dentro de la vivienda. Es una situación calcada a la de otros pisos del Raval. La narcofinca de En Roig, una escalera invadida de arriba a abajo por la heroína, está a solo unos 50 metros de aquí. 

Heces y jeringuillas

Frente a la puerta de Mercedes últimamente han aparecido restos de orín y de heces humanas. También ella se ha encontrado con jeringuillas usadas en los escalones que sube -casi siempre- arrastrando un carrito de la compra. Hace pocos días, por el hueco del tragaluz, los ocupas tiraron bolsas con heces y papel higiénico que se estamparon contra el suelo de su patio interior. Al llegar a casa, a Mercedes le envolvió un hedor tan nauseabundo que ni siquiera se planteó acusar al perro. Cuando descubrió el estropicio, subió hasta la puerta de los ocupas para golpearla y gritarles que no tenían vergüenza.

Ninguna comunidad vecinal puede soportar el infierno que desencadena la implantación de un narcopiso. En la finca del Carme, la puerta de la calle también está rota. Como lo están todos los buzones. En el de Mercedes este lunes ha aparecido una botella medio vacía. Mientras la retiraba explicaba con voz cansada que, aunque ya ha comprado una cerradura nueva para su buzón, para qué va a instalarla si tardarán "dos días" en romperla de nuevo.

La peregrinación de toxicómanos que acuden a comprar heroína es constante. Mercedes esta mañana se ha topado con uno cuando regresaba a casa después de hacer algunos recados. La anciana ha querido saber adónde iba. Pero el hombre no ha querido darle ninguna explicación y ha tratado de apartarla de malas maneras. El careo entre los dos despertaba compasión porque ella ronda los ochenta años y porque está para que la cuiden, no para pelearse con traficantes y con toxicómanos.

Pelea tumultuosa

En la madrugada del lunes se ha desencadenado una pelea en el narcopiso. Varios hombres han querido huir por el patio de la casa de Mercedes. Le han roto varias macetas. Han llegado a golpear la puerta de la cocina pero no han podido colarse en su domicilio porque tiene una verja metálica. Horas más tarde ha sabido que la pelea, posiblemente entre traficantes rivales, se ha saldado con el apuñalamiento de tres hombres. En principio, no se teme por la vida de ninguno de ellos. A pesar de que las heridas han sido lo bastante espectaculares como para embadurnar de sangre las paredes de la escalera comunitaria. Uno ha sido trasladado al Hospital del Mar y los otros dos al Hospital Clínic. 

La parte positiva de esta reyerta es que el piso ocupado ha quedado nuevamente vacío. Dos agentes de los Mossos d'Esquadra seguían el mediodía del lunes de guardia frente a la puerta a la espera de que el propietario del inmueble acuda a tapiar la entrada. Si eso sucede, tal vez este sea el final del narcopiso de la calle del Carme. 

Los investigadores policiales han encontrado en el interior del inmueble, inspeccionado tras la pelea, material para la venta de drogas. También las jeringuillas para que los clientes pudieran chutarse. 

Curiosamente, los únicos que echan un cable a Mercedes estos días son los propietarios de un club cannábico que está a punto de abrir en los bajos de este mismo edificio. En la mañana del lunes han ayudado a la anciana a recoger las macetas tumbadas. Después trataban de desviar a los heroinómanos que acudían allí para que entendieran que el narcopiso estaba cerrado. 

Manifestación el 9 de septiembre

Los diversos colectivos vecinales del Raval afectados por la plaga de narcopisos se manifestarán el próximo sábado 9 de septiembre. La movilización ha sido convocada a las 18.00 horas frente a la sede del distrito de Ciutat Vella. Bajo el lema 'No nos dejaremos echar del Raval', los vecinos marcharán para denunciar la "respuesta insuficiente" que el Ayuntamiento de Barcelona y los gobiernos catalán y español han dado hasta la fecha para frenar un problema que está acelerando la velocidad de la gentrificación, esto es la expulsión de vecinos. "Excrementos, jeringuillas, peleas con armas, amenazas, portales reventados y colchones en espacios comunes son el pan de cada día". Los manifestantes también apuntan a los bancos y fondos de inversión que, al desentenderse de pisos e incluso fincas de su propiedad, están propiciando que los traficantes se apoderen del vecindario.