INICIATIVA CIUDADANA

La Rambla pasa página, pero no olvida

Víctor Vargas Llamas / Barcelona

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Este lunes ha sido el último día de luto riguroso en la Rambla por el ataque terrorista del pasado 17 de agosto. El dolor seguirá para siempre, por supuesto, pero así como las tradiciones religiosas marcan un plazo para cumplir el duelo, también el quejido ciudadano que ha inundado el emblemático paseo barcelonés debe tener una fecha de caducidad, al menos oficial. El ayuntamiento de la capital catalana ha decidido empezar a retirar durante la madrugada de este lunes al martes las ofrendas espontáneas que han hecho miles de ciudadanos de todo origen y condición para honrar la memoria de las víctimas y trasladar al mundo un mensaje de concordia. También de esperanza, por los 19 heridos que permanecen hospitalizados, cuatro en estado crítico. 

El material se ha sometido a un proceso de documentación y patrimonialización

La iniciativa tiene un evidente trasfondo espiritual y obedece al instinto humano de supervivencia, pero también hay un pasar página más pragmático, relacionado con la obligada necesidad de que la ciudad recupere su pulso habitual, de "normalizar" la realidad cotidiana de vecinos comerciantes de este espacio, según ha expuesto el primer teniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona, Gerardo Pisarello. Desde este martes, los ciudadanos podrán seguir realizando sus aportaciones en un único lugar que el consistorio concentrará al inicio del paseo, alrededor de la boca de metro de Plaça Catalunya.

El referente de París

La decisión no es fácil, incluso puede no ser popular, pero es "imprescindible", ha recordado Pisarello, que ha apelado a experiencias como la de París, donde la plaza de la República se inundó de homenajes a las víctimas del ataque terrorista, que ahora se concentran en la estatua de bronce que preside el espacio. También el monumento fue objeto de una limpieza a fondo para eliminar grafitis y restos y volver a recuperar su lustro artístico.

La retirada del material de homenaje ha estado precedida de un proceso de "documentacion, patrimonialización y puesta en valor" de las muestras y expresiones espontáneas de dolor solidaridad de la ciudadanía tras los ataques de la célula yihadista gestada en Ripoll. La propuesta la ha coordinado un equipo consistorial en el que se han integrado el comisionado de Programas de Memoria, el Museo de Historia de Barcelona (MUHBA) y el Archivo Municipal de Barcelona. Pisarello ha recordado que "hay espacios en los que apenas se puede caminar" para apelar a la necesidad de hacer que la Rambla vuelva a recuperar su condición de "espacio transitable, así como su vida comercial".

Será el punto final de las 'rotllanes' espontáneas e imperfectas, que se han originado alrededor de las farolas y los árboles para exhibir los sentimientos de los transeúntes. También de las ofrendas en la fuente de Canaletes y en el mosaico del Pla de l'Os, obra de Miró, las dos concentraciones más grandes de tributos de los transeúntes. Espacios de manifestaciones necesarias tras la dura y larga resaca de los atentados. Variedad de flores -con una indiscutible hegemonía de rosas-y un auténtico aluvión de peluches. Camisetas, carteles religiosos y velas, muchas velas. También recuerdos para no asociar al islam con el yihadismo, y para cuestionar el rol de Mariano Rajoy y del Rey en la venta de armas.

Trabajo artesanal

Pisarello ha subrayado que antes de su retirada, técnicos municipales han realizado un trabajo "artesanal y cuidadoso" para documentar los 131 memoriales, el censo total de todos los que se han colocado en la Rambla, por pequeños que fueran. El consistorio ha creado un registro y un catálogo exhaustivo de todos los elementos aportados por los ciudadanos, un material con el que prevé abrir un proceso para consensuar con oposición y entidades cuál será la señalización memorial elegida para transmitir los luctuosos hechos y rendir un homenaje a las víctimas. 

Hay censados 131 memoriales a lo largo de todo el paseo barcelonés

Un valioso material censado que se une a las abrumadoras muestras de empatía con las víctimas que se reflejan en los libros de condolencias habilitados por el Ayuntamiento de Barcelona. Más de 18.000 firmas y dedicatorias se han contabilizado, conformando un patrimonio que también se digitalizará, uniéndose a los más de 29.000 mensajes que hasta este lunes se han recibido en el espacio virtual para pésames. La plataforma digital continuará activa durante un mes más.