Barcelona reclama más implicación de Interior contra los narcopisos

La plaga de narcopisos que está sufriendo el barrio del Raval de Barcelona, donde no cesan las ocupaciones de casas en las que los traficantes venden heroína y facilitan un espacio para el consumo, vivió este martes un nuevo episodio. Y no se sabe ya cuántos van. Tras los dos allanamientos registrados el lunes en dos apartamentos del número 19 de la calle de Sant Vicenç, el mismo bloque, donde ya hay al menos dos narcopisos, volvió a contabilizar una nueva entrada ilegal, esta vez en una de las viviendas de la primera planta. La inmediata llegada de la Guardia Urbana, advertida por los vecinos, permitió desalojar en poco rato a los ocupantes.

El fenómeno avanza sin que, de momento, ninguna Administración haya intervenido de manera efectiva, más allá de las acciones de la Urbana para realizar los desalojos, denuncian los vecinos del barrio, que reclaman medidas urgentes. De momento, solo ha hablado el ayuntamiento. Lo ha hecho este martes la teniente de alcalde, Janet Sanz, para pedir más implicación de la Conselleria d’Interior y poder terminar así con la impunidad con que actúan las redes de traficantes. 

Competencia de los Mossos

Sanz ha recordado que esta (el tráfico de drogas) es una competencia de los Mossos d’Esquadra, y que este es el único cuerpo policial que puede pedir al juez acceder a los pisos para intervenir. Por ello, ha exigido que sea la Generalitat la que trabaje para mejorar los protocolos de actuación y la cobertura, y evitar que se "enquiste la problemática". Sanz también ha tenido palabras de elogio hacia la labor que están realizando los vecinos, que se han organizado para mantener bajo vigilancia las casas vacías y detectar, lo antes posible, cualquier posible ocupación.

Las viviendas vacías

La también responsable de Urbanismo ha destacado el esfuerzo del consistorio para conseguir que no haya pisos vacíos en Ciutat Vella y garantizar que los vecinos no sean expulsados del distrito. Quienes aún residen en la zona no dejan de denunciar que están siendo víctimas de la especulación inmobiliaria liderada por empresas de inversión. Las casas que quedan vacías, y en el Raval hay decenas de ellas, son pasto inmediato de los camellos. 

En verano, encima, con las vacaciones, el fenómeno se ha acelerado. Las comunidades de vecinos están enviando circulares a todos los propietarios para que, en la medida de lo posible, vayan pasando por sus pisos para asegurarse de que está todo en orden. Los Mossos d’Esquadra y la Guardia Urbana calculan que en los últimos tiempos han detectado más de medio centenar de estos narcopisos.

Sanz ha recordado que la Agencia de Salud Pública de Barcelona no ha detectado un aumento del consumo de heroína, si bien siguen existiendo «bolsas de consumo» en determinadas zonas, y una es el Raval. Sí ha aumentado, por el contrario, el consumo de otros tipos de drogas.