endurecen la protesta

Máxima tensión por la huelga de El Prat

Víctor Vargas Llamas / Barcelona

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La Delegación del Gobierno ha decidido intervenir en la huelga de los controles de seguridad del aeropuerto de El Prat y ha impuesto servicios mínimos del 90% desde este viernes, primer día de interrupciones parciales del servicio. Lo ha hecho horas después de que los guardias de seguridad, a sueldo de Eulen, hayan extremado este miércoles su postura, adoptando la decisión de convertir en indefinida el paro parcial que comienza este 4 de agosto.

El Gobierno ha afirmado que adoptaba esa medida "con el objetivo de garantizar el funcionamiento de los servicios esenciales" en una semana tan crítica para los desplazamientos como es la primera de agosto, con un incremento "considerable" de pasajeros. Una situación que puede agravarse para los usuarios y las compañías aéreas, que desde el pasado 24 de julio sufren las consecuencias de una huelga de celo, aún no un paro oficial. El Ejecutivo central aplicará este porncetaja a todos los periodos de paro, en cualquier turno, tanto en la T-1 como en la T-2.

Respaldo masivo a la protesta

Con el aval que brinda el respaldo del 92,5% de la plantilla de de trabajadores de Eulen en El Prat, la asamblea celebrada este miércoles por la mañana ha decidido endurecer su postura, toda vez que las negociaciones mantenidas con la empresa no se han cobrado avances significativos que permitieran dejar en suspenso al menos la protesta de este viernes. Una decisión que preocupa a AENA y a las operadoras, y que deja en vilo a quienes pretendan tomar un vuelo desde la capital catalana durante el mes de agosto.

El 92,5% de la plantilla respalda endurecer el paro ante lo infructuoso de las negociaciones

Hasta el inicio de la huelga indefinida, los paros convocados serán cada viernes, domingo y lunes, desde este día 4. Las interrupciones de servicio serán de una hora en cuatro tramos de la jornada: de 5.30 a 6.30 horas, de 10.30 a 11.30, de 16.30 a 17.30 y de 18.30 a 19.30 horas.

Carencias

Desde el sindicato SPS, el de mayor presencia en el comité de empresa, se apela “a la falta de personal” en un sector “poco atractivo para la inmensa mayoría de trabajadores”. Una fuente sindical refiere “los 950 euros que se cobran como guardia de seguridad en muchas ocasiones”, y a que “no compensa el estrés y la situaciones de riesgo falta de descanso” que comporta. “Por ese mismo precio es preferible ir a una fábrica cualquiera, donde no se encontrarán un trabajo cualificado ni tanta tensión”, destaca esa misma fuente.  Eulen considera que el paro es “abusivo” y ha expuesto que cumple “rigurosamente” con el convenio colectivo del sector.

“El gremio no está lo suficientemente profesionalizado porque no interesa que haya la pertinente formación, algo que haría más atractivo el trabajo y mejoraría el servicio, pero claro,  implicaría el desembolso de complementos y encarecería la nómina, algo que las empresas de seguridad no están dispuestas a asumir”, explica uno de los responsables de los trabajadores.

Perjuicio

Para el sindicato SPS el origen del conflicto también se remonta a junio del año pasado y al recorte de medio millón de euros, de 23,6 a 23,1 millones respecto a cuantía que AENA y Eulen pactaron por la licitación del servicio de seguridad por los dos años siguientes. A raíz de esa decisión, los empleados destinados a El Prat reclaman la presencia del operador aeroportuario en las negociaciones, algo que hasta ahora no se ha producido y que ha sido “un elemento determinante” para ampliar el paro a un carácter indefinido a mediados de mes. Por el momento, los esfuerzos de mediación de la Generalitat no han surtido efecto.

Para los trabajadores es clave la caída de 0,5 millones en la licitación del servicio

La huelga de celo de la semana pasada ya dejó en tierra a un millar de personas, según las estimaciones de la Asociación de Compañías Españolas de Transporte Aéreo (ACETA), que destaca la preocupación de compañías como Vueling, que lidera las oepraciones en el aeródromo barcelonés, al verse “obligadas a retrasar más del 30% de sus vuelos porque en algunos de ellos faltan hasta 50 pasajeros" como consecuencia de las extensísimas colas que se forman en las instalaciones aeroportuarias desde el pasado 24 de julio. La asociación ya viene avisando de su temor de que la situación sea aun más complicada a partir de este viernes, cuando comiencen los paros parciales. Un escenario del que advierten del prejuicio que causa a los viajeros y del “impacto negativo en la imagen que se proyecta del país”. 

Confrontación política

<span style="font-size: 1.6rem; line-height: 2.6rem;">Además de la dimensión laboral y social, la gestión de la huelga de seguridad en El Prat también ha abierto un frente político en el que han vuelto a colisionar los intereses de la Generalitat con los del Gobierno central. El ‘conseller’ de Presidència y portavoz del Govern, <strong>Jordi Turull,</strong> reclamó más presencia de la <strong>Guardia Civil</strong> en El Prat para tratar de rebajar las grandes colas que se montan ante los controles aeroportuarios, “en vez de dedicarse a perseguir urnas”, en referencia a la pugna entre el Estado y el Govern por la votación sobre el referéndum soberanista del próximo 1 de octubre.</span>