HOMENAJE

Calle de la Cera: el 'hall of fame' de la rumba catalana

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Ignasi Fortuny / Barcelona

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Cuentan rumberos de referencia que la rumba reanima hasta la fiesta más apagada. Así se lo confiesan discjockeys que pinchan en bodas u otro tipo de celebraciones. Para impulsar y homenajear a la rumba, el Ayuntamiento de Barcelona instalará dos esculturas en la calle de la Cera del Raval, la arteria barcelonesa donde explotó el género, en las que se podrá reconocer a las figuras más populares del estilo musical. Finalmente, lo hará en otoño. Si los protagonistas de estas obras se pusieran a bailar, entre primos, hermanos, tíos y sobrinos, la escena parecería una de estas bodas reanimadas al ritmo del ventilador. Una retahíla de nombres, la familia de la rumba, que bien podrían enfilar una conga nupcial en altas horas. 

La lista de rumberos que aparecerán en las esculturas, que ocuparán dos paredes medianeras de la calle de la Cera -en el número 6 y en el 57-, es larga. Más de una treintena de artistas formaran este particular ‘hall of fame’ de la rumba catalana.

“Ha sido una propuesta de consenso, ha valido la pena que el proceso se alargase para que todo el mundo se sienta cómodo”, explica la concejala del distrito de Ciutat Vella, Gala Pin. El consistorio, los vecinos y la comunidad gitana del Raval impulsaron conjuntamente el proyecto y le dieron forma. ”Ha sido un proceso colectivo que responde al espíritu de las obras”, sentencia Pin.

Para no perder el compás, el ayuntamiento enseñó la propuesta y pidió consejo a las dos asociaciones que aglutinan el movimiento de este género musical, Foment de la Rumba Catalana (Forcat) y la Associació Professional d'Autors i Creadors de Rumba Catalana (Apac). Faltaba gente. “Coincidíamos a grandes rasgos”, explica Abili Roma, miembro y expresidente de Forcat. Y también sobraban algunos. “Por hacer dos rumbas, no eres un rumbero”, resume Sicus Carbonell, alma del grupo Sabor de Gràcia y presidente de la Apac.  El consistorio también contó con el consejo de familiares del rey de la rumba, Peret, así como de dos grandes rumberos estrechamente vinculados a la calle de la Cera como el Petitet y Josep Maria Valentí ‘Chacho’, entre otros. Ambos, al igual que Sicus Carbonell, tienen su merecido puesto en este homenaje a la rumba catalana. En la escultura, entre guitarristas y palmeros, un rumbero toca el piano. Es ‘Chacho’, inseparable amigo del fallecido Peret y el primero que introdujo este instrumento en la rumba.

La familia de la rumba

La selección de artistas quiere llevar al visitante por un recorrido histórico de la rumba, desde sus inicios hasta la actualidad. Ahí estarán para reivindicar el futuro las siluetas de Muchacho y los Sobrinos, Gertrudis y Joan Garriga (La Troba Kung-Fú), entre otros. Punto y aparte merece la Santísima Trinidad -El Pescaíilla, Peret y Gato Pérez-, que ocupa un lugar destacado en el homenaje al estilo musical. De hecho, el rey de la rumba presidirá las dos obras que se instalarán, una al principio y otra al final de la calle de la Cera.

La Santísima Trinidad (El Pescaílla, Peret y Gato Pérez) ocupa un lugar destacado en el homenajeal estilo musical

En una de las esculturas le acompañará la Tía Pepi, prima de Peret y con quien de niños formaron el grupo Hermanos Montenegro. La Tía Pepi, lejos de los grandes nombres asumidos por el público general, es un ejemplo de lo que es la rumba: música y cultura popular. “Lo sabe todo de la historia de la rumba porque ella estaba ahí desde el inicio”, explican de esta discreta y sabia rumbera.

No es la única mujer representada, destaca también La Mami, una de las jóvenes que estuvieron encima del escenario del Estadi Olímpic en la célebre despedida de los Juegos de Barcelona 92 acompañando a Peret, Los Manolos y Los Amaya. Estos grupos rumberos olímpicos, evidentemente, tampoco faltarán en el tributo al género musical más genuino de la capital catalana. Y también los franceses Gipsy Kings, todos ellos hijos de gitanos de Lleida, que lograron llevar la rumba catalana por todo el mundo. Además, en la estela de figuras de personajes de la rumba también se podrá reconocer a algunos históricos ya fallecidos como L’Orelles, Ramunet, L’oncle Toni, L’oncle Paló, L’oncle Juanet, El Huesos o El Tarragona, entre otros.

Memoria histórica

“Es un reconocimiento a la comunidad gitana y una reivindicación de que esta genera tradiciones culturales de mucha calidad”, expone Gala Pin sobre el homenaje a la rumba catalana. Un tributo que las asociaciones Forcat y Apac valoran muy positivamente.  “Es una manera de apoyar y dar calor a la música. Y esta es la música de Barcelona”, apunta Sicus. El músico Rogeli Herrero, de Los Manolos, también celebra que sea un homenaje ecléctico, como la rumba, “donde todo el mundo tiene su sitio”. “Desde la rumba vieja, capitaneada por los gitanos, pasando por la del Gato Pérez, que acercó la rumba a los payos”, añade. “La rumba es ecléctica, vamos pisando las huellas de los que había delante”, sentencia Rogeli Herrero.

La inauguración de estos espacios de reivindicación rumbera aún no tiene fecha, pero el ayuntamiento dice que será en otoño y, a poder ser, en una fecha señalada, como podría ser la Diada de la Rumba. Las esculturas, obra del artista Luis Zafrilla, se concretarán en dos chapas metálicas de 12 metros de alto y 1,5 metros de ancho cada una. El ayuntamiento explica que este homenaje a la rumba catalana se engloba dentro de un “proceso de reconstrucción de la memoria colectiva con los vecinos del barrio sobre el papel de la música y de la rumba en el Raval”. “La memoria es un derecho y, con ella, reconstruiremos la ciudad del futuro”, concluye Pin.