conflicto laboral

Los vigilantes de El Prat advierten de que trabajarán "sin presiones y tranquilos"

El Prat recupera la calma tras otra mañana caótica, pero la situación se puede agravar la semana quie viene

Colas en el aeropuerto de El Prat

Colas en el aeropuerto de El Prat / periodico

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El conflicto con los vigilantes del filtro de seguridad de embarque de la terminal 1 del aeropuerto de El Prat puede agravarse, según se desprende de las declaraciones de los trabajadores tras reunirse esta mañana en Treball con representantes de su empresa de seguridad Eulen. "Vamos a seguir haciendo nuestro trabajo sin presiones y tranquilos", afirmó Purificación Infante, del comité de empresa de Eulen, tras el encuentro de mediación. Precisamente esa "tranquilidad" y el cumplimiento exquisito de los protocolos de  su trabajo es lo que, al parecer, desencadenó el lunes que se colapsara el acceso con colas de tres horas para desespero de los viajeros.

Las colas en la terminal T1 del aeropuerto de Barcelona-El Prat que volvieron a reproducirse esta mañana han recuperado las demoras habituales de unos 10 muinutos después de una mañana caótica .  Uno de los momentos más complicados se ha vivido sobre las seis de la mañana, aunque luego se han dido reduciendo las esperas. A partir de las 7 horas, el tiempo de espera se ha ido reduciendo y se ha situado alrededor de los 10-15 minutos, lejos de los 40 de ayer.

Como ha informado este diario, a los caóticos colapsos registrados hace unas semanas por la falta de personal y los nuevos requisitos en los controles de pasaportes se sumó este lunes el conflicto laboral de los empleados de la empresa Eulen, que lleva el control de seguridad del filtro previo a la embarque en la terminal de salidas, una enorme puerta con 10 canales dotados de arcos detectores de metales  y escáneres de equipaje de mano.

Paros parciales

Estos incidentes se producen apenas unos días después de que el comité de huelga de la empresa anunciara la convocatoria de paros parciales de forma indefinida todos los viernes, domingos y lunes, a partir del próximo 4 de agosto.

Los trabajadores reclaman más personal porque aseguran que en la actualidad trabajan "al 200 %", en jornadas maratonianas que pueden llegar a las 16 horas, y sometidos a alta presión y estrés.

Los viajeros, impotentes, están mostrando su indignación en las redes.