RITMO FRENÉTICO

Barcelona suma 7.809 traspasos de bares y restaurantes y 1.370 aperturas en 5 años

restauracion

restauracion / periodico

PATRICIA CASTÁN / BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

La sensación entre los barceloneses de que no paran de abrirse (y cerrarse) bares y restaurantes, de que resulta casi imposible estar al día de las novedades gastronómicas y de que el turismo tiene un peso innegable en la nueva oferta queda corroborada por un balance cuantitativo de cinco años de actividad frenética. Desde el 2012, la capital catalana suma unos 7.809 traspasos y 1.370 nuevos negocios, un vertiginoso movimiento que demuestra que son muchos los que se atreven con la hostelería y también bastantes los que se estrellan en el intento. El Eixample se consolida como epicentro de las inversiones, con una cuarta parte de todos los relevos y un tercio de las novedades.

Los carteles de "local disponible" del sector suelen durar poco en los tres distritos con más movimiento e inequívoco peso turístico: el Eixample (con 1.900 traspasos desde el 2012 hasta el primer trimestre de este año, y 446 nuevas aperturas), Ciutat Vella (845 y 170, respectivamente) y Sant Martí (1.138 y 182), según los datos a los que ha tenido acceso este diario. Fuentes municipales destacan que la mitad de la oferta se concentra en esas tres zonas, que también aglutinan más del 60% de las novedades y la mitad de los traspasos.

En paralelo, tras cada aventura fallida, indican empresarios del sector, suele haber emprededores con poca experiencia o que han capitalizado el paro para abrir un pequeño negocio, sin éxito. Por ese motivo, cada vez son más las aperturas de restaurantes, bares o cafeterías de manos de empresarios que ya tienen otros locales y una estructura más sólida detrás.

El ayuntamiento no registra las bajas, solo las altas de nueva actividad y los traspasos de licencia. No obstante, pocos cierres se traducen en cambios de negocio, a no ser que sea en barrios periféricos. Esos traspasos abundan por dos motivos: la infraestructura que ya ofrece un local con licencia previa y el hecho de que varios distritos tienen planes de usos que pueden limitar los nuevos permisos en zonas saturadas. Es el caso de Ciutat Vella, donde el plan vigente y que pronto será sustituido tiene muy restringidos los estrenos, del barrio de Sant Antoni (hay una moratoria), del eje de la plaza de Eivissa en Horta-Guinardó, del Poble Sec y de la Vila de Gràcia, entre otros.

DE UN 12% A UN 19% DE RELEVOS

Según la misma fuente, cada distrito registra anualmente entre un 12% y un 19% de traspasos sobre su totalidad de negocios. No obstante, en Ciutat Vella esta cifra queda muy por debajo porque las licencias están muy buscadas y son casi prohibitivas. En Sants es más alta porque el reciente plan de usos de Poble Sec, que imposibilita crecer, ha disparado los traspasos. En el caso de nueva actividad, esta suele representar anualmente el 2% -de media- respecto a su oferta, aunque el porcentaje sube en el Eixample (el distrito más grande, con más bares y restaurantes y más renovación) y es más bajo en Les Corts.

La cifra de relevos se ha mantenido bastante regular desde el 2012, con un ligero pico en el 2015, cuando también subió el volumen de nuevas aperturas, posiblemente por el inicio de una lenta recuperación económica. La regeneración es constante en la hostelería, ya que la mayoría de los traspasos apuestan por una nueva fórmula, aunque en algunos casos (como los regentados por chinos) se suelen producir sin el menor cambio, ni en el rótulo ni en la carta. Las reglas del juego se escriben por zonas: en el Gòtic, el Born, la Barceloneta o puntos de la derecha del Eixample los precios por entrar en el sector suelen ser astronómicos y quedan fuera del alcance de pequeños emprendedores.

Por contra, en los barrios fuera del centro las nuevas propuestas apuestan por los ejes más transitados y las incorporaciones modestas buscan calles de tercera línea comercial. Los distritos con menos traspasos en los últimos años han sido Les Corts, Gràcia y Horta-Guinardó. Los que menos nuevas aperturas han sumado han sido Gràcia (solo 17, por la saturación de la Vila de Gràcia y su restrictivo plan de usos), Horta-Guinardó y Nou Barris. Llama la atención el volumen de novedades en Sants-Montjuïc (179 desde el 2012), atribuibles a la eclosión del Poble Sec y el Paral·lel, y en Sant Martí, donde la concentración apunta a los ejes de Poblenou y proximidades y al frente marítimo. 

EL 'BOOM' DE DEGUSTAR

Un caso aparte lo suscriben los comercio con degustación, que se han multiplicado en la última década y cuya limitación ya se incluye en muchos planes de usos. El Gremi de Restauració de Barcelona se ha quejado reiteradamente de la supuesta "competencia desleal" que supone esta oferta, con menores exigencias para obtener permisos y menos controles. La mayoría de casos son panaderías con servicio de cafetería, pero con una oferta cada vez mayor. Y charcuterías. También el Eixample se impone, con la friolera de 117 de las 340 abiertas en cinco años. Los traspasos también han superado los 250 en ese periodo.