el género más genuino de la capital catalana

Barcelona homenajeará a la rumba catalana

Peret, en la presentación de su disco 'De los cobardes nunca se ha escrito nada'.

Peret, en la presentación de su disco 'De los cobardes nunca se ha escrito nada'. / periodico

IGNASI FORTUNY / BARCELONA

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Barcelona homenajeará a la rumba catalana en la calle de la Cera. El ayuntamiento dedicará en este pasaje del Raval dos paredes medianeras a recordar y reivindicar a los artistas más icónicos que han representado a este género musical surgido en las calles de la capital catalana. El consistorio, los vecinos y la comunidad gitana del Raval han impulsado conjuntamente y dado forma a este proyecto, que será una realidad en la primavera del próximo año. El esbozo del diseño de la intervención artística fue validado la semana pasada por el Institut Municipal de Paissatge Urbà y por los vecinos. El calendario que maneja a día de hoy el ayuntamiento prevé que a principios del 2017 se inicie la primera fase del proyecto: revestir y aislar una de las paredes donde se ubicará parte de la obra. 

El reconocimiento a la rumba catalana se concretará en dos esculturas, con detalles aún por pulir, obra del artista Luis Zafrilla. Las piezas artísticas, de acero corten, se colgarán en dos medianeras de la calle de la Cera, una al inicio, en el número 6, y otra, al final, en el número 57, tocando a la ronda de Sant Pau. En este segundo punto compartirán cruce el Rey de la rumba, Peret, con el 'Rey de las hamburguesas' –léase en inglés-, en una metáfora del pasado-presente de la zona.

Las obras, que saludarán y despedirán a los viandantes que entren en la calle de la Cera, serán una estela de figuras de personajes de la rumba como PeretGato PérezLos Amaya'El Pescadilla' y Josep Maria Valentí 'Chacho', entre otros muchos. Una retahíla de nombres consensuados con la comunidad gitana y que huye de paternalismos. De esta manera, todos los rumberos tendrán un lugar para la peregrinación: en la arteria barcelonesa dónde explotó el estilo, 300 metros de rumba.

MEMORIA HISTÓRICA

Poco queda de la calle de la Cera que vio crecer a la rumba. Aún quedan algunos gitanos, pocos, más presentes ahora en la cercana calle de Manso. ¿Y de la rumba? Poco rastro, sobrevive moribunda en Barcelona con mucho más pasado que presente o futuro. El apoyo institucional a este género musical ha sido más bien simbólico después del bum de los Juegos Olímpicos de 1992.

Recuperar esta parte de la historia perdida de la calle de la Cera era la voluntad del ayuntamiento cuando consultó con los vecinos y comerciantes. Y todo condujo a la rumba, el estilo musical más genuino de Barcelona y, a la vez, poco reconocido. "No se conoce lo suficiente que tenemos algo tan propio como la rumba", reconoce la regidora del distrito de Ciutat Vella, Gala Pin.

Desde la asociación Foment de la Rumba Catalana (Forcat), la agrupación que aglutina las fuerzas que quedan en el género para buscar su resurgimiento, aplauden con entusiasmo esta iniciativa municipal, aunque lamentan no haber sido consultados o informados por el ayuntamiento. "No hubiera estado de más una llamada", comenta su presidente Abili Roma, resignado y contento por el reconocimiento municipal.

CHACHO, DE LA CALLE DE LA CERA

Para uno de los representados en la obra, este homenaje a la rumba catalana tiene un aire especial. Gitano y rumbero, Chacho, que fue palmero de Peret y es uno de los grandes del género -fue el primero que introdujo el piano en la rumba-, vive desde hace casi 20 años en la calle de la Cera. Creció junto a Peret, a quien estaba ligado antes de nacer, en los alrededores de esta vía emblemática del mundo rumbero. "Nuestros padres ya eran amigos", recuerda. Ahora, satisfecho por la iniciativa del ayuntamiento, rememora lo mucho que ha cambiado la calle. "Queda muy poco de entonces. Está el restaurante Can Lluís –fundado en 1929-, donde íbamos a comer con Peret muchas veces". Aún queda otro local que frecuentaba esta pareja de rumberos: Els Ocellets, otro de los establecimientos históricos de la zona que se halla donde desemboca o nace, según cómo se mire, la calle de la Cera. En la ronda Sant Pau, 55, abierto en 1984 por la misma familia que el Can Lluís, todavía resiste a los cambios.

Peret marcó a la calle de la Cera, a su barrio y a Barcelona con su música. Ahora se le recordará en una obra artística que homenajeará a los grandes de la rumba catalana. "No se descarta que tenga un espacio propio", explican desde el ayuntamiento sobre el artista fallecido en agosto del 2014. De hecho, es un personaje que "tenemos muy presente", aseguran.