EN BARCELONA

De compras por el barrio con el móvil

Un millar de comercios de proximidad de BCN se integran aplicaciones que les acercan al cliente, incluso por chat

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PATRICIA CASTÁN / BARCELONA

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Eva Tomás era vecina de Barcelona pero trabajaba en una multinacional a 65 kilómetros de distancia. Por tiempo y oportunidad solo podía hacer compras en grandes superficies y por internet. Hasta el día en que dejó su estresante empleo y al retomar la vida de barrio que casi había olvidado se dio cuenta de lo difícil que es para una gran cantidad de barceloneses, por mucho que lo deseen, hacer las compras en las tiendas de proximidad, donde la atención es más personalizada y el cliente no es un número más. "Pensé que podía hacer algo" para cubrir ese vacío, relata. Es uno de los incipientes casos de iniciativas para acercar el comercio local o singular de Barcelona al cliente a través del móvil. 

Le dio vueltas al asunto y junto con un socio detectó también lo complicado que es para un pequeño comerciante entrar en la era de la venta digital. "Es demasiado complejo para que un 'botiguer' lo pueda gestionar, porque sus precios varían, las referencias cambian, hace falta un control de estocs...", razona. Por eso llegaron a la conclusión de que la esencia de la tienda de barrio llevada a la compra online solo podía darse en unión y con una aplicación sencilla que preservara la magia de esta compraventa: el trato humano y personalizado. Nació Manzaning, la app que pueden descargarse tanto vendedores (para inscribirse directamente) como clientes, enlazados por un chat de diálogo permanente.

Como experta en e-comercio, Eva sabe que la compra de alimentación tiene el handicap sensorial. Un comprador se atreve a elegir unas bambas de su número y adquirirlas online. Pero con dos kilos de tomates o uno de solomillos prefiere la experiencia directa de ver cómo está el producto concreto que se va a llevar a casa. Por eso, la aplicación está funcionando especialmente bien en sus dos primeros meses de vida en materia del paladar. Al tendero se le contacta de forma directa y por escrito (75%) responde qué lechugas tiene mejor ese día o qué producto le recomienda en ese momento. También puede haber llamadas antes del encargo desde el móvil o tablet.

Josep Ribas, desde hace 22 años tras el mostrador de la parada de aves La Moreneta en el mercado de Sant Gervasi, ha encontrado en esta vía un aliado perfecto. "El cliente me puede decir cómo quiere que le corte la pieza, y hasta puede verla si le envío una foto", algo que suele hacer una vez la tiene sobre la balanza para que el comprador compruebe que no hay trampa ni cartón en el peso y el precio. "Aquí ya no basta con manejar bien el cuchillo o la tijera, hay que renovarse y aprovechar las nuevas tecnologías", opina. 

VENTAS DESDE LEJOS

Entre las ventajas, destaca multiplicar el eco de su clientela. "En un mercado compra gente que vive en un radio de 500 metros. Con la aplicación llegas a cualquier punto". Porque los gestores de Manzaning envían al transportista a recoger el producto y a entregarlo al cliente. El precio es de dos euros si es para el mismo día, o 4,5 si se quiere en una hora. Operativo siempre y cuando el comercio esté abierto.

En poco tiempo, y propulsada por la aceleradora Ogilvy Upcelerator, esta startup suma ya más de 500 comercios en Barcelona, prevé alcanzar los 10.000 pedidos en un año y en breve llegará a Madrid y otras ciudades. Desde alimentación a floristerías, papelerías o farmacias..., casi cualquier producto de barrio queda a un click de distancia, incluso para servir al área metropolitana. 

En la tintorería Marfil, con dos establecimientos en el Eixample, están encantados con el invento: "Es muy práctico. Nuestro trabajo es el de siempre, pero con la comodidad de servicio a domicilio". La conexión vía chat permite concretar cualquier detalle, y el transporte les ha ayudado a salir de los límites del barrio.

También ha encajado muy bien en la Xarcuteria Ferran, de la calle de Pau Claris, especialmente práctico para sus comidas preparadas. Si se lo piden incluso envían la foto del menú que proponen ese día, un complemento más "cercano", inmediato y asesorado que el que permitían los encargos desde su web, cuenta Judith Ferran. Y siempre hay algún trabajador de la zona que agrega la compra de fiambres tras encargar su comida del día. La Garriga, Farga, Lafuente, Casa Piera y Boldú figuran ya en la lista. 

ESCAPARATE PERMANTE

En el caso de Yuge, la aplicación convierte al móvil en un escaparate permanente en el que las tiendas únicas (hasta ahora unos 500 comercios locales que no pertenecen a grandes grupos) pueden exhibir los productos que quieran. Los usuarios establecen sus tipos de productos favoritos y la aplicación les muestra la oferta más próxima al lugar donde se halla. Si descubren algo de una tienda que interesa se puede visualizar en un click el resto de la oferta e información sobre ese comercio, como paso previo a acudir físicamente. La herramienta, impulsada por el holandés residente en Barcelona Menno Scheepens, persigue  "ayudar a descubrir las tiendas, crear interás, darlas a conocer y atraer la gente directamente".

En este caso, no existe opción de compra online, porque lo que se busca es ganar tiempo en la compra a la par que dar a conocer tiendas muchas veces escondidas o en las que el comprador no ha reparado. Un cliente que en este caso quiere tocar y probar antes de comprar.