El Muhba explica la historia de Barcelona a través de 26 cartografías interactivas

El equipo de 300.000 Km/s reedita el éxito que ya cosechó con su aplicación que recoge la edad de todos las fincas de la ciudad

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CARLES COLS / BARCELONA

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La factoría de programación de 300.000 Km/s, que hace dos años ya sorprendió con una aplicación que revela la edad de todas las fincas de Barcelona (Big Time BCN, una gozada), acaba de culminar tras un año y medio de trabajo un encargo del Museu d’Història de Barcelona (Muhba). Es un retrato de la evolución física de Barcelona a través de 26 mapas interactivos, desde el año 150 A.C., cuando entre el Besòs y el Llobregat solo despuntaban pequeños asentamientos íberos, hasta la última metamorfosis de la ciudad, fechada en el 2010, con las últimas operaciones urbanísticas llevadas a cabo en el área de levante.

“Nuestra labor ha consistido en pasar a limpio la cartografía histórica de Barcelona”, explica Pablo Martínez, uno de los responsables del pequeño (pero mayúsculo en resultados) equipo de 300.000 Km/s. No ha sido una tarea fácil. El relato de los historiadores, los arqueólogos y los cartógrafos, por citar tres disciplinas académicas, no siempre es coincidente sobre el espacio físico del llano de Barcelona. El resultado final, por lo tanto, es un notable ejercicio de conciliación, sujeto siempre a cualquier modificación que obligue a realizar, por ejemplo, un nuevo hallazgo en algún yacimiento, algo fácil si de trata de la época romana.

SUPERPONER MAPAS

La Carta Histórica de Barcelona es, sobre todo, una herramienta de trabajo. Un buen aperitivo para comenzar a vislumbrar sus enormes posibilidades es situar la línea del tiempo, situada en la parte baja de la web, en el año 1859. Es la Barcelona previa al derribo de las murallas. La vista de pájaro subraya en primer lugar cuán extraña era entonces la ciudad, porque recuerda las dimensiones de la ciudadela militar que la mantenían bajo control (los cañones apuntaban hacia Barcelona, no hacia algún eventual enemigo que llegara del norte o por mar), que eran gigantescas en comparación con la superficie total de la zona urbana habitada. Lo interesante, no obstante, es sobre todo superponer a ese mapa otras cartografías. Es posible, de entrada, aplicar al mapa de 1859 la transparencia de la ciudad actual, con su línea de costa, tan distinta con el paso de los años, también la cartografía topográfica que Ildefons Cerdà realizó del campo más allá de las murallas, después el proyecto del Eixample que el propio Cerdà elaboró y que el Gobierno central impuso, también la línea imaginaria que delimitaba el perímetro en el que estaba prohibido edificar extramuros y que obedecía exclusivamente al alcance teórico de los cañones, por si era necesario reprimir otra revuelta en la ciudad, tan comunes a lo largo del siglo XIX.

El proyecto, en último término, redobla la apuesta del Muhba por adaptarse a las nuevas tecnologías, pues poco a poco ha ido construyendo un espacio virtual de divulgación realmente muy atractivo. Hace apenas un año, por ejemplo, la dirección del museo presentó el proyecto 'Darrera mirada', un viaje extraordinario a los mapas que sobre la ciudad hizo a mediados del siglo XIX Miquel Garriga Roca, pero en el que destacaba, sobre todo, un paseo a través de las calles del antiguo barrio Gòtic, antes pues de la apertura de la Via Laietana, como si fuera un 'street view' decimonónico.  

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