Barcelona: imán del porno

IDOYA NOAIN / NUEVA YORK

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A la hora de explicar las razones de elegir Barcelona como destino, viajeros, turistas, participantes en congresos, estudiantes, artistas, científicos o empresarios podrían dar un largo listado. Los responsables de uno de los mayores sitios web de pornografía de Estados Unidos, Kink, especializado en producciones de 'bondage' y sadomasoquismo y donde se pueden ver vídeos grabados en las calles de la ciudad condal, también aportan las suyas. "Rodar en Barcelona y en toda Europa es más económico, hay una actitud más relajada hacia la desnudez y el cambio de escenario y de 'performers' lo hace más atractivo para la audiencia", explica Mike Stabile, su responsable de prensa, en una conversación telefónica desde California.

En realidad, hace unos años que la empresa ya no rueda directamente esos vídeos pornográficos callejeros. Ante las dificultades para producir ese tipo de material en Estados Unidos, donde "hay leyes muy restrictivas incluso para mostrar en público el pecho", decidieron suspender la línea de vídeos que transcurrían parcialmente en las calles, incluyendo los grabados en Barcelona. Pero entonces un productor europeo se ofreció a hacerse cargo de los rodajes y la gran empresa estadounidense aceptó externalizar esa parte del contenido de su web. "Ellos son quienes producen y luego nos entregan el material", asegura el portavoz.

SUBCONTRATA

La subcontrata, explica, les mantiene en un mercado en alza: el de rodajes de porno en ciudades europeas. Y además les da la ventaja de permitirles desentenderse de cuestiones legales a la hora de rodar. Stabile dice, por ejemplo, que su empresa "no tiene control sobre el contenido o las modelos y cualquier tasa de permisos o multas sería pagado directamente por el productor" externo. Aun así, asegura también que la filosofía de su compañía es "intentar trabajar siempre con las regulaciones locales y siendo respetuosos con las comunidades donde se rueda. Entendemos que el contenido adulto no es para todo el mundo y nuestro producto está hecho por una comunidad y para una comunidad", dice.

Pide que se entienda también que estos productos están permeados por algo similar a la magia del cine. "Aunque los rodajes profesionales [de 'bondage' y sadomasoquismo) pueden parecer chocantes son sobre todo una fantasía", asegura. "Como una película de Hollywood rodada en las calles de Nueva York, nuestros vídeos de este estilo se ruedan para que parezcan más públicos de lo que son. Algo de desnudez puede aparecer en un espacio público pero el sexo se confina principalmente a espacios privados como bares, tiendas o patios interiores".

¿NORMAL?

Por más que se haya externalizado la producción, que no sea público todo lo que parece y que las calles de Los Ángeles o San Francisco hayan dejado de ser escenarios abriendo paso a ciudades como Barcelona, el principal consumidor de sus vídeos (que más allá de los trailers gratuitos son de pago) está en Estados Unidos. Y quizá, especula el portavoz, se deba a que los estadounidenses "pueden encontrar erótico o chocante lo que se ve como normal en otros países". En otra conversación se podría hablar de qué cree que Barcelona o los barceloneses entienden por "normal".