ÉXITO DE LA MEDIACIÓN EN EL ÁREA METROPOLITANA

Reparar el tropiezo de un botellón

El servicio de mediación ayuda a dos chavales a cambiar una multa por tareas para la comunidad

Carlos Rodríguez (izquierda) y Carlos Lozano, usuarios del servicio de resolución de conflictos de El Prat.

Carlos Rodríguez (izquierda) y Carlos Lozano, usuarios del servicio de resolución de conflictos de El Prat. / periodico

VÍCTOR VARGAS LLAMAS / EL PRAT

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Carlos Lozano y Carlos Rodríguez tienen 17 y 21 años, esa edad para explorar nuevas sensaciones y encontrar un espacio alejado de las normar adultas. Y si para eso hay que marcarse un botellón en el parque del barrio, pues se hace. Ese era el guion previsto una noche de enero hasta que la policía local trastocó los planes del grupo de amigos. Multa de 100 euros al canto y bajón repentino pensando cómo afrontar el pago y avisar en casa del tropiezo. Si había alguien especialmente preocupado ese era Lozano, menor de edad, a quien los agentes informaron de la opción de acudir al servicio de mediación para enjugar su deuda.

"En casa no pasamos penurias, pero con la que está cayendo no es agradable pedir a mi madre que se olvide de 100 euros. Si somos mayores para beber alcohol también debemos serlo para afrontar las consecuencias", explica Lozano. Reflexiones a las que ha llegado después de tres sesiones en el servicio de resolución de conflictos de El Prat, donde hicieron ver a los chavales el error que habían cometido. "Nos ayudaron a concienciarnos de que no solo nos hacemos daño a la salud, sino que perjudicamos a nuestro entorno, ensuciando el espacio y afectando al descanso de los vecinos", detalla Rodríguez.

Una vez encajada la magnitud de la 'tragedia' y orientados por el servicio de mediación, los dos chavales se deciden a escribir al consistorio para explicarle los hechos, pedir disculpas por su "irresponsabilidad" y mostrar su arrepentimiento sobre una situación que aseguran no volverá a suceder. En la misiva, ofrecen asimismo dos alternativas para reparar su error: colaborar con el equipo de mediación en divulgar sus actividades o dar charlas a chavales de su edad para concienciarles de las consecuencias del abuso de alcohol. "Esperamos que el ayuntamiento entienda que el dinero no se puede comparar con nuestra voluntad de aprender y hacer bien las cosas", explica Lozano.