La creciente agresividad de los jabalís pone en alerta a los expertos

Jabalies por Mirasol

Jabalies por Mirasol / periodico

FERRAN COSCULLUELA / BARCELONA

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A finales del pasado mes de abril, media docena de trabajadoras de la residencia geriátrica Llars Mundet sufrieron la acometida de varios jabalís en los jardines del recinto. A raíz del incidente, del que la Diputación de Barcelona no ha querido dar detalles, dos empleadas necesitaron atención médica. Hace un mes, una persona fue mordida por uno de estos animales en las proximidades del hotel Inout de Vallvidrera. Los Agentes Rurales y los ayuntamientos de Barcelona y Sant Cugat del Vallès tienen constancia de embestidas a niños que llevaban comida en la mochila. Una de ellas fue en el parque del Tibidado. En los últimos cuatro años, el servicio de Urgencias del Hospital de la Vall d’Hebron ha atendido a siete pacientes por mordeduras de jabalís. Algo está cambiando en el comportamiento de estos animales, que parcen haber iniciado en la urbe la famosa rebelión en la granja que fabuló George Orwell.

"El número de incidencias ha crecido y casi todas están relacionadas con la comida. Estamos detectando que tienen comportamientos exigentes que nos preocupan mucho. Estiran las bolsas que lleva la gente o tocan sus manos con el morro", reconoce Margarita Parés, responsable del programa de Biodiversidad del Ayuntamiento de Barcelona, que atribuye gran parte de esta problemática al hecho de que mucha gente alimenta a estos animales.

A POR LA BOLSA

"Hace unos día vi como un jabalí cargaba contra una chica que llevaba unas bolsas en La Floresta. Los Agentes Rurales están viendo que los animales cargan contra ellos, al igual que le pasó a uno de mis estudiantes. Hay jabalís que ya no piden comida, sino que van a por ella", corrobora Santiago Lavín, responsable del Servicio de Ecopatología de Fauna Salvaje de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB). 

El fenómeno no es alarmante, pero todo apunta a que, si se sigue dando de comer a esos animales, puede empeorar. Una encuesta internacional entre gestores y expertos de 25 países con presencia de estos animales en zonas periurbanas (presentada en un congreso celebrado en Bruselas en el 2013), concluyó que los ataques a personas no son "un conflictos significativo" en la actualidad, aunque la mayoría coincidía en que este tipo de incidentes es "uno de los más temidos como posible problemática futura".

Los cerdos salvajes, que solían huir de las personas, ya no les temen. Y algunos incluso les plantan cara. Carles Conejero, un estudiante del Veterinaria de la UAB, ha dedicado su trabajo de fin de grado a seguir los movimientos de seis ejemplares de Collserola (Projecte senglar La Floresta, en Facebook). Durante su investigación, que le ha costado alguna acometida, ha constatado que hay individuos que en un mismo día van de La Floresta a Molins de Rei (12 kilómetros en línea recta) o se acercan a la plaza de Espanya de Barcelona. Otros han aparecido cortando la AP-7 a la altura de Esplugues.

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No es de extrañar, por tanto, que el dispositivo del Ayuntamiento de Barcelona para capturar ejemplares en la vía pública haya atrapado a 42 jabalís en el 2014 y a unos 50 en lo que llevamos de año. Además de la alimentación urbana, los especialistas coinciden en que uno de los grandes problemas es la superpoblación de Collserola, cifrada por Jordi Padrós, coordinador de espacios naturales de la Diputación de Barcelona, en unos 1.200 ejemplares, cuando la cifra óptima serían unos 200.

Esta gran densidad hace que muchos animales se vean empujados hacia las zonas urbanas, que acaban convirtiendo en su hábitat gracias a la abundante alimentación que les proporcionan los seres humanos, ya sea de forma involuntaria (con los restos orgánicos de contenedores y papeleras) o de forma voluntaria a pesar de que Barcelona y Sant Cugat del Vallès disponen de sendas ordenanzas que prevén multas para las personas que les den de comer o se acerquen a ellos. Aunque de momento no han puesto ni una.

{"zeta-legacy-despiece-horizontal":{"title":"Sant Cugat ensaya con trampas y redes para capturar jabal\u00eds","text":"Sant Cugat del Vall\u00e8s es, junto a Barcelona, uno de los municipios m\u00e1s afectados por la plaga de jabal\u00eds. En los \u00faltimos a\u00f1os se han asentado en las franjas de vegetaci\u00f3n colindantes al pueblo, en rieras y hasta en parcelas sin edificar. Gemma L\u00f3pez, responsable de Calidad y Planificaci\u00f3n Ambiental, dice que han ensayado varios sistemas alternativos para capturarlos, porque en las zonas habitadas es muy peligroso utilizar armas de fuego. Entre esos m\u00e9todos destacan las trampas, (como una especie de corral) y las redes lanzadas por especialistas. En los pr\u00f3ximos meses impulsar\u00e1n un concurso para que una empresa se haga cargo de esas capturas. En Barcelona apuestan por el desbroce de zonas de arbustos perif\u00e9ricas en las que se esconden y por dejar de regar en algunos puntos altos, porque las zonas h\u00famedas les atraen mucho y pueden olerlas a gran distancia.\u00a0"}}