LA TRANSFORMACIÓN DE UNA ARTERIA

Rambla de doble uso

LA RAMBLA DEL 2014  Una trabajadora cruza la Rambla entre turistas, ayer.

LA RAMBLA DEL 2014 Una trabajadora cruza la Rambla entre turistas, ayer.

PATRICIA CASTÁN
BARCELONA

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La Rambla del 2014 es paseo para el visitante y poco más que un puente para el barcelonés. La progresiva eclosión turística del vial, proporcional al desapego de los autóctonos, ha derivado en un doble uso: lúdico para los primeros, funcional para los segundos. El estudio de aforo y movilidad de la Rambla avanzado ayer por EL PERIÓDICO, del que se desprende que la ampliación de aceras o la peatonalización serán decisiones imprescindibles para afrontar la inminente renovación de la zona, deja clara también su dualidad. Los viajeros la recorren longitudinalmente, mientras la población local la utilizan como paso entre dos barrios -Gòtic y Raval-, como punto de llegada o salida hacia su puesto de trabajo (en metro) o de conexión con sus zonas de compras. En cualquier caso, más bien evitan pasearla, y buscan el cruce lo más rápido posible.

Los entre 260.000 viandantes diarios registrados entre semana y los 330.000 de fin de semana (contabilizados durante la medición, entre enero y marzo pasados) son un mix de ciudadanos que pasan por la Rambla por necesidad y visitantes que lo hacen por puro fervor de pisar la arteria más famosa de la capital catalana. El informe no contabiliza cualitativamente (por nacionalidades) a unos y otros, pero sí deja claro que «se aprecia un importante tránsito longitudinal (a lo largo del paseo) de turistas, mientras que el tránsito transversal se corresponde más con los propios ciudadanos». La concejala de Ciutat Vella, Mercè Homs, señala que partir de esta realidad es clave para determinar cómo se ejecuta el futuro trazado del eje.

El barcelonés siente que la vía está saturada y la evita. Como explicó ayer este diario, el colapso es extremo en algunas aceras laterales e invita a plantear como mínimo la ampliación de aceras, pero también a pensar en una peatonalización parcial o completa. A hacerla más «confortable», como sugiere Mònica Mateos, directora del Pla Cor, que vertebra una intervención integral en la Rambla en pos de la reconciliación ciudadana.

Los usuarios cotidianos confirman ese desapego. «Quienes vamos del Gòtic al Raval y viceversa intentamos pisar lo menos posible la Rambla, la vemos como una frontera, con un excesivo flujo de personas. Y es tarde para rehabilitarla», se quejan en la Xarxa Veïnal de Ciutat Vella. «Ya no es agradable pasear por ella ni ir a sus tiendas», agregan.

Por necesidad o no, lo cierto es que en muchos de sus cruces la Rambla ejerce de paso o puente, como constata el informe con cifras incuestionables. En la intersección entre Canaletes y la Rambla dels Estudis el 45% de la gente que llega al paseo lo hace para cruzarla en sentido Gòtic o Raval. Del resto, la mayoría de los que la están recorriendo van hacia la plaza Catalunya. Más abajo, por ejemplo, en el cruce con Pla de l'Ós, un 35% van de un lado al otro del barrio, mientras que el resto se reparten entre visitantes que van a Colón o plaza de Catalunya.

Cruces poco prácticos

El trasiego transversal es más o menos presente según las grandes calles perpendiculares que conecta. Pero lo que queda claro es que «hay una importante tendencia a cruzar fuera de los pasos habilitados», o sea, a buscar la línea más corta aunque sea fuera de lo permitido, se indica en el estudio. Se concluye que «a menudo los pasos de viandantes no están alineados con las líneas de deseo de los peatones».

La estadística señala también que entre semana hay puntos de cruce que aportan mucho más flujo de viandantes a la Rambla del que absorben, como su cruce con la plaza de Catalunya, con Ferran o con Josep Anselm Clavé. Y al revés sucede con Unió, o al final del paseo central de la Rambla de Santa Mònica, datos que serán determinantes para pacificar el paseo o ganar aceras, en función de la afectación que suponga para los barrios. Durante el fin de semana, es uso es más lúdico y por tanto las rutas son más flexibles.