¿Cuándo se construyeron las viviendas de Barcelona?

Mapa interactivo con la antigüedad de los hogares de Barcelona, barrio a barrio

MARTÍ MASSOT VILA / Barcelona

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Los edificios en que residen los barceloneses son, más allá de su hogar, uno de los mejores testigos de la historia de la capital catalana. A partir de esta cartografía se intenta hacer una síntesis del desarrollo urbanístico de Barcelona de los dos últimos siglos.

Las murallas y el Eixample

A lo largo del siglo XVIII y la primera mitad del XIX Barcelona vivía asfixiada por sus murallas. La actual Ciutat Vella había visto crecer exponencialmente su población debido a la explosión de la revolución industrial y esta reclusión intramuros  provocaba que barrios como El Raval, El Gòtic o La Ribera tuvieran serios problemas de  salubridad.

Finalmente, en 1859 y una vez derrocadas las murallas, se aprobó el proyecto de Eixample de Cerdà, la elección del cual, por cierto, debemos a la administración central y no a la municipal. Este proyecto aportó una extraordinaria visión de futuro de los desafíos que presentaba la circulación rodada en las ciudades modernas. A pesar de las modificaciones sufridas por el proyecto inicial, los barrios que nacieron de la trama de Cerdà han permitido que Barcelona haya podido acoger con mucha confortabilidad una de las densidades de población más grandes del mundo. La malla del Eixample además iría encontrándose con los asentamientos preexistentes como  Sants o Poblenou, que se consolidarían en la primera mitad del siglo XX.

Los barrios de periferia

A mediados del siglo pasado se aprobó el Plan Comarcal del 53, una herramienta pervertida por los planes parciales posteriores. Con el 'boom' de demanda de vivienda debido a la gran inmigración procedente de toda España, Barcelona sufre una de las especulaciones más severas de su historia. En pocos años se substituye el chabolismo de autoconstrucción por la edificación de grandes bloques de vivienda, realizados de forma desaforada, con una urbanización muy precaria y ningún tipo de equipamientos. Barrios como Canyelles, Torre Baró y Bon Pastor, entre otros, son testigo de este periodo.

Posteriormente, una vez muerto Franco, con el Plan Metropolitano del 1976 se intentó mejorar de forma objetiva, una ciudad ya muy consolidada (y en los sectores marginales citados, muy degradada) recuperando equipamientos, servicios y zonas verdes así como se ordenó una densidad razonable para los espacios aún no construidos.

Barcelona llega al mar

Finalmente con los Juegos Olímpicos del 92 Barcelona se abre definitivamente al mar mediante barrios como La Vila Olímpica y posteriormente, Diagonal Mar. Este proyecto además también sirvió para desarrollar zonas más internas a los Juegos, como la Vall d’Hebrón. Curioso es que una ciudad tan mediterránea como Barcelona, haya habido de esperar tanto para encontrarse formalmente y en plenitud con el mar.