INVESTIGACIÓN DE UNOS ATAQUES SEXUALES

El agresor oportunista

Agresor 8 Tres imágenes del presunto violador, un hombre veinteañero y delgado, captadas por la cámara de seguridad de un cajero cerca de donde se cometió la segunda violación. A la derecha, el retrato robot de la policía.

Agresor 8 Tres imágenes del presunto violador, un hombre veinteañero y delgado, captadas por la cámara de seguridad de un cajero cerca de donde se cometió la segunda violación. A la derecha, el retrato robot de la policía.

ANTONIO BAQUERO / BARCELONA

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Al 'violador del cúter' todavía no han conseguido ponerle un nombre. Pero sí un rostro, sacado de las imágenes de la cámara de seguridad de un cajero cercano a la segunda agresión. Las víctimas le han reconocido en esa toma. Por eso, esas imágenes y un retrato robot han sido distribuidos a todos los agentes de seguridad ciudadana de los Mossos y a las patrullas de la Guardia Urbana.

El modo en que ha realizado esas agresiones y el tiempo que ha pasado entre ellas permiten a los profesionales de la psicología forense y de la criminología establecer un perfil. Avisan de que se trata solo de una aproximación probable basada en el análisis de otros agresores sexuales.

Para el criminólogo Jorge Jiménez, el violador del cúter «tiene un perfil de agresor centrado en la gratificación sexual; no busca mucha interacción con las víctimas pues no necesita nada de ellas a nivel psicológico. El método de ataque es la amenaza y solo usa la fuerza necesaria para cometer la agresión». Jiménez, profesor en la Autónoma de Madrid, cree que «la sucesión de acciones en tan poco tiempo muestra cierto frenesí en cometer sus agresiones. Ha probado que puede hacerlo y está excitado por cometer nuevo delitos. Posiblemente en el último mes haya estado expuesto a situaciones de ansiedad personal».El psicólogo forense Àngel Cuquerella alerta de que «una persona que comete tres violaciones en un mes ya no puede controlarse. Y más cuando parece haber adoptado un perfil de actuación concreto».

Para el profesor Jiménez, el violador del cúter tiene un «método de aproximación basado en la sorpresa, pues posiblemente sea una persona que no dispone de muchas habilidades verbales y de relaciones con el otro sexo. Este tipo de agresores no suelen ser personas con muchas relaciones, probablemente no tenga una pareja actualmente. Es una persona joven, con poca experiencia sexual».

En su opinión, el hecho de que haya robado a las víctimas es indicativo: «Los robos de objetos de valor a sus víctimas junto con la agresión lo relacionan con cierto ambiente delincuencial. Posiblemente tenga algún tipo de relación con asaltos con fuerza, en temas de trapicheos y pequeños hurtos. A pesar de que todo indica que tiene experiencia delictiva posiblemente no haya estado en la cárcel y no tendrá antecedente penales, aunque quizá está fichado por pequeños delitos».

El psicólogo Àngel Cuquerella define al violador del cúter como «un agresor oportunista». «Ataca cuando encuentra el momento y la víctima apropiada. La hipótesis a la que apunta la información disponible es una persona que no premedita, que sale a merodear a ver qué encuentra. Es decir, no se fija en una persona ni investiga sobre ella», comenta. Cuquerella apunta un argumento inquietante: «Es poco probable que alguien que comete tres agresiones en un mes no haya cometido ninguna acción de ese tipo antes. Posiblemente haya más víctimas anteriores».