CUADRÍCULA DEL EIXAMPLE

Joan Cardona: «La simetría nos iguala»

Lleva siete años en Barcelona y le impresiona la disposición urbanística de Ildefons Cerdà

Juan Francisco Cardona, en Aragó con la Ramblade Catalunya.

Juan Francisco Cardona, en Aragó con la Ramblade Catalunya.

L. C. S. / Barcelona

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De la primera vez que Joan Cardona (estudiante de joyería artística, 26 años) vio Barcelona a través de la ventanilla de un avión le queda un recuerdo:«Me impresionó la imagen del Eixample. Ver una cuadrícula compuesta por centenares de manzanas perfectamente ordenadas, cortadas por la Diagonal. Una magnífica estampa». A pie de calle, a este menorquín el Eixample también le impresionó:«Recuerdo el primer día que visité Barcelona. Tenía 15 años y la imagen tan compacta me impactó, la disposición moderna, dinámica y ordenada».

Joan se trasladó a Barcelona para estudiar joyería, pero conoce los detalles del plan Cerdà gracias a su hermano que estudia arquitectura («me habló de él y me interesó mucho, así que empecé a informarme») hasta tal punto de hablar de la cuadrícula con entusiasmo.«El icono de Barcelona es, sin duda, la cuadrícula que diseñó Ildefons Cerdà para ensanchar la ciudad; esa perfecta simetríaque aportó modernidad y amplitud a la ciudad».

El Eixample, situado en el corazón de la ciudad, es un barrio emblemático, y para este menorquín«un símbolo de Barcelona que pertenece a su sociedad». La disposición de las calles en cuadrícula «nos iguala», sostiene Joan.

Una seña de identidad

El proyecto de Cerdà supuso una reforma urbanística de la Barcelona del siglo XIX, y dos siglos después«se ha convertido en un símbolo de la ciudad, que hace que los ciudadanos seamos las plazas, las calles, los chaflanes¿». Son precisamente estos últimos los que se han convertido en una seña de identidad de la ciudad. Cerdà los ideó para mejorar la visibilidad en los cruces así como la circulación. Ellos son, ahora, un distintivo:«El chaflán identifica a Barcelona. El diseño de este barrio representa muy bien a esta ciudad».

Ya han pasado más de 150 años desde que se colocara la primera piedra en el Eixample y el Plan Cerdà ha permanecido como un legado arquitectónico y urbanístico que pertenece a la ciudadanía. Es por ello que Joan cree que esa perfecta cuadrícula es una buena imagen de Barcelona:«El Eixample es de todo el mundo. Todos tienen acceso a él y los ciudadanos pasean por sus calles cada día. ¿Qué otro icono puede ser mejor que la imagen de la sociedad barcelonesa paseando por los rincones de esta cuadrícula?». A Joan solo le falta una cosa: mudarse a la cuadrícula que tanto le gusta.«Vivo en Sants, pero me encantaría trasladarme cuando mi economía me lo permita».

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