Debate sobre los usos del tiempo

Viva la diversidad

XAVIER BRU DE SALA
ESCRITOR

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Quizá sin saberlo, los partidarios de los horarios europeos piden que optemos entre el sistema inglés y el francés. No, el problema no son los horarios de los espectáculos, porque ya estamos a solo media hora de París. Media hora de diferencia en la ópera, en la música, el cine o el teatro no es mucho. El problema es que no hay manera de cenar a las ocho de la tarde, y ya quisiera ver si cenan a las ocho los que se llenan la boca clamando por unos horarios más europeos. En Europa se come al mediodía y se cena a las ocho de la tarde.

La diferencia entre ingleses y franceses no se encuentra en los horarios respectivos sino en el momento del plato fuerte. Los ingleses ingieren mucho en cuanto se levantan y apenas comen al mediodía, mientras que los franceses lo hacen al revés. Almuerzan a las doce, como todo el mundo menos nosotros, pero han desayunado poco. A las ocho se hermanan para cenar. Unos y otros, si pretenden salir, suelen optar por retrasar la cena hasta la salida del espectáculo. Así que la gran diferencia no son los horarios de los espectáculos sino las horas de las comidas y, en consecuencia, las de apertura de los comercios. No creo que en las presentes circunstancias nadie abogue por adelantar un par de horas el cierre de los comercios.

En materia de espectáculos ya hemos avanzado mucho los horarios en los dos o tres últimos decenios. No hace tantos años los espectáculos comenzaban a las diez o a las diez y media. Había tiempo de cenar antes. Ahora necesitamos optar entre no cenar o hacerlo a la salida. Es diferente, pero no sé si mucho mejor. En todo caso, los horarios actuales están consolidados, ya estamos acostumbrados y no es cuestión de seguir haciendo cambios.

El factor diferencial

En cuestión de horarios de comidas, en cambio, reina la diversidad. Fuera de Barcelona, en el campo, se almuerza antes. En Barcelona, cada uno almuerza cuando le parece, y muy pocos lo hacen a las tres de la tarde como antes. Las dos quizá es la hora más habitual. ¿Cómo nos las arreglaríamos para almorzar todos a la hora europea? Lo ignoro. Quizá situados más al norte y con menos horas de luz ya no se habría producido esta diferencia. Pero la tenemos, y no parece que nadie se tire de los pelos.