Iniciativa ciudadana para recuperar un inmueble

El palacete fantasma

La torre con jardín que los vecinos de Vallcarca conocen como El Consolat, totalmente cerrada, la mañana del pasado lunes.

La torre con jardín que los vecinos de Vallcarca conocen como El Consolat, totalmente cerrada, la mañana del pasado lunes.

CRISTINA SAVALL
BARCELONA

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El Consolat, una torre señorial con un frondoso jardín abandonada desde hace tres años, es la punta de lanza de la batalla emprendida por entidades y asociaciones de Vallcarca que quieren que este palacete sea sede de instituciones culturales y sociales, como el Grup d'Estudis del Coll, la fundación pedagógica 0-3 y el Museu de la Historieta, centro del cómic y de la ilustración que estuvo alojado en el castillo de Montjuïc entre el 2004 y el 2010, antes de que comenzaran las obras de restauración de la antigua fortaleza militar. Desde entonces, la preciada colección de viñetas anteriores a 1970 está repartida en casas particulares y en una gran nave libre de humedades.

La crónica de El Consolat, conocido así porque antes de la guerra civil albergó el Consulado de Dinamarca, es un buen guion de partida para una película documental. Actualmente el enorme edificio con sótano, dos platas y desván es propiedad de la Diputación de Barcelona, que lo heredó hace tres años de sus últimos propietarios, el matrimonio republicano formado por la pedagoga Dolors Canals (1913-2010), creadora de una de las primeras escoles bressol que acogió Barcelona, la de la fábrica Bofarull de Sants, y el artista Joan Júnyer (1904-1994), que en 1954 pintó en Nueva York un retrato de Lluís Companys que su viuda entregó poco antes de su muerte a Esquerra Republicana de Catalunya.

FUNDACIÓN PEDAGÓGICA// La pareja decidió donar la torre tras su largo exilio en Nueva York, cuando Josep Tarradellas presidió la Generalitat entre 1977 y 1980. Canals fue la responsable de los jardines de infancia de Manhatan durante la segunda guerra mundial. Tras la muerte de Franco y el fin de la dictadura, la pareja regresó a Barcelona en 1976 y 12 años después la pedagoga inauguró el Centre del Desenvolupament Humà 0-3 de Barcelona, una prestigiosa institución especializada en la investigación para el desarrollo en los tres primeros años de vida.

La fundación se ubicó en El Consolat, que era el domicilio particular del matrimonio. La donación del inmueble la hicieron con la condición de que la diputación mantuviera la sede de esta fundación. Desde la muerte de la señora Canals, la diputación mantiene las puertas de El Consolat y el acceso a los jardines cerrados al público. Su destino actual es la de triste almacén de libros y publicaciones del ente provincial. Solo se ve actividad cada 15 días, cuando una furgoneta blanca carga y descarga cajas. «La finca está descuidada y sucia, no hacen ni el más mínimo mantenimiento», asegura Carme Ferrer, vicepresidenta de la activa asociación Grup d'Estudis del Coll, que encabeza la iniciativa de recuperar este espacio para un uso público. «No queremos un almacén en un lugar tan emblemático», añade.

Debido a su cercanía con el parque Güell y con el concurrido albergue juvenil de Mare de Déu de Montserrat, Josep Callejón, presidente del Grup d'Estudis del Coll, está convencido de que el museo se podría autofinanciar. Con el apoyo de otras 30 asociaciones y varias escuelas, este grupo lleva un año reivindicando que El Consolat se abra al público. «Queremos que sea un centro de encuentro, de actividades y de conciertos. La diputación quiere traspasarlo al ayuntamiento, pero en este momento de crisis nadie quiere más responsabilidades», argumenta Ferrer, que durante años ha trabajado de asistenta social en el Raval.

Hoy está prevista una reunión con el consejero de Cultura de Gràcia, Eugeni Rodoreda. A ella asistirán Ferrer y Callejón, acompañados de Eduard Pérez y de Josep Maria Delhom, respectivamente presidente y director del Museu del Còmic i La Il·lustració, que en los nuevos documentos denominan Centre de Promoció de la Historieta.

«El edificio es perfecto para ubicar nuestro museo del cómic y poder organizar talleres para las escuelas», afirma Delhom. Cuando tuvieron que marcharse de Montjuïc por las obras de remodelación, el ayuntamiento les comunicó que no estaba en sus prioridades concederles de nuevo ese espacio. «Dijeron que ya había un proyecto para inaugurar otro museo. Al final, si abre, será en Badalona. Por lo cual en toda España en estos momentos no hay ningún museo dedicado a la historieta», apuntan los promotores del centro, que cobijaría 25.000 ejemplares antiguos.