ANIVERSARIO DE UNA MATANZA EN CIUTAT VELLA

Reconstruir la memoria

El bombardeo fascista de Sant Felip Neri en 1938, que mató a 42 personas, entre ellas 30 niños huérfanos, cumple mañana 75 años

HELENA LÓPEZ
BARCELONA

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El primer bombardeo fue a las 9.11 horas. Dos bombas cayeron sobre el bucólico lugar. Una en el centro de la plaza, cuya metralla todavía duele en la fachada de la iglesia, y otra sobre el tejado de esta, con la mala suerte de que no explotó hasta que cayó en el subterráneo, donde se refugiaban varias decenas de niños huérfanos. El segundo fue a las 11.11, justo dos horas después, cuando el lugar estaba lleno de personas que habían acudido a ofrecer auxilio a los heridos. Fue la primera muestra de lo que más tarde se conocería como bombardeo por saturación. El primer ataque indiscriminado ideado para romper la red de solidaridad, donde murieron 42 personas, entre ellas 30 pequeños huérfanos. Fue el 30 de enero de 1938 en la plaza de Sant Felip Neri. Mañana hará 75 años.

«Avui han mort uns infants,/amb la cara trossejada. /Tenien sota la sang / la boca oberta en rialla. Avui han mort uns infants, digue-ho de banda a banda», escribió en su día el poeta Conrad Lladó describiendo la barbarie vivida aquel domingo de enero de 1938, que supuso un antes y un después en la historia del siglo XX. «Con el segundo bombardeo, contra las personas que habían salido a ayudar, se buscó minar la moral, sembrar el pánico en toda la población», resume el historiador Xavier Domènech.

Estos fueron, además, «los primeros bombardeos fotografiados, ya que el Ejército italiano se encargaba de hacer fotos de los espacios antes, durante y después de los bombardeos, para probar nuevas estrategias y, con esas imágenes, realizaban manuales para los aviadores fascistas», prosigue Domènech, especialista en la materia, quien mañana por la tarde participará en el acto de conmemoración del bombardeo que se celebrará a las 18.30 horas en la plaza y en el que también participarán Ida Mauro, activista de AltraItalia -entidad impulsora de la querella contra Italia por dichos bombardeos que la semana pasada la Audiencia de Barcelona ordenó investigar- y Jaume Asens, letrado que lleva dicho proceso.

«Hemos tirado la piedra y hemos roto el cristal, ahora toca que otros aprovechen esa brecha», cuenta Mauro. El acto de mañana en la plaza, organizado de la mano de la Associació de Veïns del Gòtic, busca precisamente eso. «Nosotros seguimos teniendo mucho trabajo en Italia, donde todavía hay monumentos a los aviadores en las escuelas», prosigue la activista.

La otra historia

Domènech matiza que el trabajo pendiente no solo está en Italia. También Barcelona tiene varias asignaturas colgadas. El historiador explica que aún hoy existen en la capital catalana guías turísticos que explican que los grandes agujeros en la fachada de la iglesia de Sant Felip Neri son debidos a que los republicanos fusilaban contra ella a los curas. «El franquismo intentó borrar la memoria, y la que no pudo borrar porque era demasiado fuerte o evidente, la transformó», prosigue el historiador, quien lamenta que solo una placa - «pequeña y poco visible»- recuerda lo allí sucedido. «Una de las cosas que persigue la actual querella es justamente luchar contra eso», concluye el letrado Asens.