Barómetro municipal en la segunda ciudad de Catalunya

La inseguridad ciudadana agobia más que el paro en L'Hospitalet

CARLES COLS
L'HOSPITALET

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

El Ayuntamiento de L'Hospitalet presentó ayer los aparentemente agridulces resultados del último barómetro municipal de opinión pública de la ciudad, casi una montaña rusa de puntos de vista, pues los encuestados, pese a que las cifras de paro son las que son, tienen algo que les preocupa más que la falta de empleo, y es la inseguridad ciudadana, y sin embargo se muestran profundamente satisfechos de vivir en esa, la segunda ciudad de Catalunya. Es, pues, un barómetro de contrastes. La inquietud es enorme y, sin embargo, el Ayuntamiento de L'Hospitalet recibe un aprobado, un 5,9, y mejor nota obtiene aún su alcaldesa, Núria Marín, con un 6,4.

Puesta bajo la lupa, la encuesta es interesante porque revela que los vecinos de L'Hospitalet distinguen claramente las fronteras de la crisis económica. El pesimismo sobre la situación no provoca un suspenso general sin distinciones. Al contrario. Aquello que funciona merece un aplauso. Por ejemplo, el servicio municipal de telesasistencia obtiene una altísima puntuación de 8 por parte de los ciudadanos. Por el contario, la asistencia sanitaria preocupa de forma creciente, y pasa del puesto 17 al 8 en la clasificación de inquietudes.

PUESTOS DE CABEZA / Es precisamente en los puestos de cabeza de esa lista donde ha tenido lugar una alteración del orden habitual muy significativa. La inmigración era de forma indiscutible en anteriores barómetros el principal problema de L'Hospitalet. Ha experimentado un descenso de ocho puntos. Ha tomado el relevo la inseguridad ciudadana, que es el mayor problema para un 28,5% de los ciudadanos, 10 puntos más incluso que el paro.

Un detalle singular es que esos dos problemas, inseguridad y paro, lo son en igual proporción y orden tanto para los encuestados españoles como para los inmigrantes. La inmigración solo es un problema (el tercero en orden de importancia) para los españoles. Los inmigrantes ni lo mencionan.

Un elemento más que permite afirmar que el barómetro municipal ofrece enormes e inesperados contrastes es que, pese a que entre los ciudadanos cunde la sensación de que la calle es insegura, tres de cada cuatro vecinos está mucho (27%) o bastante (49,7%) satisfecho de vivir en L'Hospitalet. También tres de cada cuatro personas se identifican plenamente con su ciudad y un 72,8% cree que el municipio tiene una identidad propia que le caracteriza.

Desde la perspectiva política, la encuesta revela que, a diferencia de lo sucedido en otras ciudades y gobiernos, la crisis no ha erosionado al equipo de gobierno y a la alcaldesa hasta el punto de poner en peligro su estabilidad. El 6,4 que como nota le ponen los ciudadanos a Marín es tres décimas menor que en el anterior barómetro, pero con todo es un aprobado claro. De hecho, solo un 13,4% suspenden su labor al frente del ayuntamiento. Eso sí, solo un 52% de los vecinos es capaz de decir quién es el alcalde de la ciudad. Hace dos años era el 41,5%.

Otra situación paradójica es que la crisis se ceba más en la oposición que en los partidos que gobiernan en la ciudad. El PSC recibe una nota media de 5,3 e Iniciativa, un 5.

CiU suspende con un 4,3 y, de entre el resto de los partidos con representación en el consistorio, destaca el hecho de que Plataforma per Catalunya, pese a su pésima imagen, obtiene aún mejor nota que el PP, 3,5 frente a un 3,3.

DEBATE SOBERANISTA / El barómetro no hace un análisis exactamente del debate soberanista en el que se halla inmersa la política catalana, pero toca tangencialmente la cuestión cuando interroga a los encuestados sobre si se sienten más catalanes que españoles o viceversa.

El grupo más amplio (45,8%) es el de los que se sienten a la par tan españoles como catalanes. Únicamente españoles se declaran un 15,2%. Solo catalanes, un 10,6%. Más catalán que español, el 12,8%. Más español que catalán, 6,9%.