La seguridad ciudadana

Unos 180 carteristas del metro se van de BCN por la presión policial

Dos agentes de los Mossos patrullan por la estación de metro de Plaça de Catalunya, ayer.

Dos agentes de los Mossos patrullan por la estación de metro de Plaça de Catalunya, ayer.

ANTONIO BAQUERO
BARCELONA

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Simonicita, una joven rumana, llegó a Barcelona acudiendo a la llamada de unos compatriotas. Le habían aconsejado venir a la capital catalana y sumarse a la lucrativa actividad del hurto en el metro. Era joven, atractiva y podía camuflarse bien como turista. Una semana después de estar en la ciudad y tras haber sido detenida e identificada un montón de veces por los Mossos d'Esquadra y la Guardia Urbana, Simonicita tiró la toalla y decidió regresar a su país quejándose amargamente ante sus compatriotas de la presión policial en el suburbano puesta en marcha con el operativo Xarxa. Mas conocidos por los Mossos eran Ionut y Sergiu, sobre todo por su hiperactividad como carteristas. Ellos también se han marchado. Desde el final del verano, no se les ha vuelto ni a detener ni a identificar ni en el metro, su ambiente natural, ni en la calle.

«Todo este grupo se ha ido. Esta otra banda, también. De estos, solo siguen la mitad», dice Carles Vallès, jefe de Investigación del Área de Seguridad del Transporte Metropolitano de los Mossos d'Esquadra, mientras pasa páginas con fotos de multirreincidentes. Ha visto tantas veces sus fichas, ha leído en tantas ocasiones sus denuncias, que recita sus nombres de memoria: Carolina, Daniel, Stefan...

«HAN DESAPARECIDO» / En junio, cuando la actividad en el metro de estos ladrones alcanzó cotas intolerables, los Mossos calculaban que en el suburbano actuaban unos 300 carteristas. La presión policial que se  ha aplicado desde entonces con el operativo Xarxa ha hecho que, según los Mossos, cerca del 60% de ellos, unos 180, se hayan marchado. «No solo se han ido del metro si no que se han ido de Barcelona. Lo sabemos porque antes les identíficábamos tres y cuatro veces al día y ahora han de-

saparecido», dice Vallès. Esa marcha se constata sobre todo en las identificaciones, es decir, cuando los mossos requieren la documentación a un individuo del que sospechan que puede intentar delinquir. «En verano, al día identificábamos a entre 150 y 200 multirreincidentes en el metro. Ahora, no pasamos de 40», dice este policía. Esa marcha se ha notado en la actividad delictiva en el suburbano que en el 2011, pese a un primer semestre de robos desbocados, acabó con un descenso de un 22% con respecto al 2010 (de 12.700 a 10.000 hurtos y robos).

Los multirreincidentes que resisten en Barcelona han reconocido a los Mossos que todos esos colegas se han marchado. Aseguran que ladrones que antes operaban aquí ahora se han desplazado a París, a Roma y, sobre todo, a Grecia. Se cumple así el deseo expresado en noviembre en una entrevista a EL PERIÓDICO por el intendente mayor de la Guardia Urbana, Evelio Vázquez: «Quiero hacer que los carteristas se vayan; no me importa adónde».