SARA PÉREZ Y LLUÍS CISNEROS, COMUNICACIÓN

"Las normas echarán a los ciclistas del Tibidabo"

Sara, Lluís y su hija Maria recorren la ladera barcelonesa.

Sara, Lluís y su hija Maria recorren la ladera barcelonesa.

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Sara y Lluís pasean con sus bicis por Collserola a un ritmo familiar. Él carga en una sillita a Maria, que lleva ojos llorosos pero ya está más tranquila. Lluís lleva 20 años pedaleando por las laderas del Tibidabo y cuando oye la palabra normas levanta una ceja y coge aire. Considera que la regulación de la circulación de las bicis «supondrá la expulsión de los ciclistas del parque» y pide a la administración que actúe «con un poco más de sentido común».

Con la norma en la mano -prohibido circular por caminos de menos de tres metros de ancho-, Lluís advierte de que todo el mundo «acabará yendo por los mismos caminos y la masificación de ciclistas será insoportable». Considera que las bicicletas ayudan a mantener abiertos «muchos caminos que de otra manera quedarían anulados por la maleza». «Cuando vas por pistas trialeras no te da la sensación de que estés dañando nada», remacha.

Este aficionado a la bicicleta de montaña, asumido el hecho de que la libertad de las bicis se verá recortada con la cercana declaración de Collserola como parque natural, reclama a la Administración que destine zonas específicas para que algunas disciplinas concretas, como el descenso o los saltos, puedan practicarse sin miedo a recibir una sanción. Su opción ideal, sin embargo es encontrar «el punto intermedio» que permita seguir disfrutando de la bici de montaña en Barcelona.

Sara, menos veterana en esto del pedaleo por el monte, reconoce que es necesario algún tipo de reglamento y, mientras Lluís defiende que la gente ya sabe lo que puede y no puede hacer, ella es algo menos optimista y considera que fiarse de todo el mundo «no es algo tan sencillo». «En dos décadas no he visto un solo atropello. Restringir los accesos a las bicis y empezar a cerrar caminos es una animalada y no tiene sentido; tiene que haber un punto medio», insiste Lluís.